[La reunión]

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Estaban todos sentados en una sala de reuniones, ahí estaban los comandantes, tenientes y por supuesto el capitán, todos se veían unos a otros, con una cara no muy agradable, estaban serios mirándose entre ellos.

ー Capitán, esto no puede ser cierto, nuestros hombres nunca nos traicionarian.ーdecía sin crerlo un lagarto morado.

ー El Teniente Zespio tiene razón.ーdecía un erizo de pelaje blanquecino.

ー ¡Silencio!ーgrito el erizo negro de la sala, estrellando sus manos en la mesa provocando un fuerte ruido que llamo la atención de todos.

ー Pero Capitán...ーdijo el lagarto morado girando hacia el erizo azulado que estaba observando la escena, todos miraron a esa dirección.

ー Como dices Zespio, yo tampoco creo que nuestros hombre hicieron eso, pero...ーpauso un momento para abrí sus ojos, dos esmeraldas resplandecientes, era como sus ojos se veían.ー No podemos ignorar, que en nuestras instalaciones entraron individuos no autorizados y también mientras estábamos asegurando el perímetro, sin nosotros darnos cuenta.ーfinalizó él, en su rostro se veía decepción, no podía creer que había un traidor entre ellos.

ー El Capitán tiene razón, pónganse a pensar, ¿cómo entraron sin ser detectados por nosotros? Eso es ilógico, la única posibilidad es que hayan tenido acceso a nuestro sistema.ーapoyo el equidna rojo.

ー Pudimos haber sido hackeados.ーdijo un cocodrilo verdoso.

ー Lo sabríamos, Teniente Zector, las alarmas abrían sonado.ーdijo la gata lila.

ー Así que está decidido, las cosas de mayor importancia sólo se las diremos a nuestros subordinados y compañeros de más plena confianza y algunos datos quedarán entre nosotros, ¿está claro?ーpregunto el erizo cobalto con una mirada seria.

ー Si, Capitán.ーdijeron todos al unísono.

[...]

Una eriza de pelaje rosado luchaba contra un saco, le daba golpes certeros y mortales, si con eso atacara a alguien  tendría lecciones y hemorragias internas en sólo segundos, ella miraba su objetivo con detenimiento, debía prepararse, el fin del multiverso estaría cerca y ella debía luchar para salvarlo, aunque no lo quisiera, quería vivir, además tal vez corría el riesgo de morir si la versión primaria muriese.

Por otro lado, un erizo verde entrenaba con las pistoladas, todos los blancos tenían agujeros en la cabeza y zonas del cuerpo que es mejor no mencionar, terminó de disparar con la ametralladora y cogió un rifle, empezó denuevo a darle a la diana, su puntería era buena y lo bueno es que él podría darle a un objeto en movimiento. No importaba la velocidad o si corría igual que él, podría darle, tal vez por estar acostumbrado a su velocidad.

ー Terminemos por hoy, Scourge.ーdijo la eriza rosada, limpiándose el sudor con una toalla esparciendola por el rostro.

Todos los agentes Zone Cop, por favor dirigirse a la zona de mando, ha esperar órdenes de sus supervisores.ー decía una voz por las bocinas colocadas en el establecimiento.

Una pila de animales, caminaban hacia a la zona de mando como decía el anuncio, los dos erizos estaban muy pegados en el ascensor. El erizo verde, tenía una mano colocada en la pared sosteniéndose de ella, mientras era empujado por los cuerpos de las personas, abajo de él se encontraba la eriza rosada, con un rojo resaltante en sus mejillas, sentía la respiración del erizo en ella y como la suya se fusionaba con la de él, subió su mirada y mal error, al hacerlo se encontró con esos hermosos ojos azulados, que tanto la enloquecían, esos ojos penetrantes y cultivadores, que ella podía quedarse viéndolos hasta que cayera dormida, por más que ella quisiera no podía apartar la vista de sus ojos e igual que le pasaba al erizo verdoso, sus mejillas estaban rojas y su corazón latía como un loco por la cercanía de sus cuerpos y por ver esos ojos jades, tan brillantes y deslumbrantes.

Sentir el suave tacto de los dedos de ella en su pecho era exquisito para él, ella tenía sus manos en el pecho de él, para cortar la cercanía pero eso no funcionaba, se atraían como imanes, él bajo su cabeza acercándose a ella y ella hacia lo mismo pero subiéndola, se acercaban, más y más, ya casi sus labios podían un poquito rozarse.

Sentían sus respiraciones y veían sus ojos, viendo deseos en ellos, deseos de hacer lo que su corazón y almas le pedían, pero por desgracia se oyó el pitido del ascensor y las puertas se abrieron, la multitud que estaba ahí fue saliendo y vaciando el ascensor, el erizo giró hacia las puertas y empezó a salir del elevador, seguido por la eriza, los dos no podían hablar, sólo miraban hacia otro lado, sus mejillas aún estaban al rojo vivo y aún sus corazones latían. Scourge se rascó la nuca nervioso, nunca se sintió así, mientras que Rosy rascaba su brazo igual de nerviosa o más peor que el erizo.

"¿¡Que cosa estaba pensando hacer?!" Se pregunto Rosy, aún con sus mejillas consiguiendo más color.

"Emm...¿Qué me paso ahí...?" Preguntaba dudoso y nervioso Scourge.

Sus corazones se podían todavía oir mientras caminaban, seguían latiendo tan fuertemente.

Siguieron caminado intentado olvidar lo que paso, debían olvidar eso, pero por más que ignoraran esa escena, sus corazones seguían latiendo, querían encontrar palabras para este sentimientos que ellos sentían, pero no sabían o tal vez sólo no querían aceptarlos.

"¡Arg, hagan que pare está cosa!" Se gritaban internamente, queriendo parar el sonido del golpeteo de sus corazones.

●Continuará●

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