7.

30 4 0
                                    

Hay distintas formas de denominar o calificar el amor, mi distinción amorosa con él, era totalmente antiestética, no podía existir manera en la que describiese de una buena forma nuestros sentimientos sin que se vieran, mortales. He sacado mis propias conclusiones, quizá era la elegida para formar una guerra entre ángeles, seres de otro mundo, tal vez estaba predestinada a morir y reencarnar en el infierno, probablemente habían muchas conclusiones por deducir, estaba segura de que era un dilema lo que estaba viviendo ahora mismo.

La danza siempre ha logrado apaciguar mis miedos, controlar cada uno de mis temores sin problema alguno, era una bailarina perfecta, pero estaba apagada, era un alma frívola que necesitaba un compañero que encendiera su rutina. Allí mismo, fue cuando mis neuronas diseñaron una idea que no se planteaba tan mal, y que de todas formas quería intentar.

De cualquier forma, lo que estoy a punto de hacer, se ve totalmente mal, pero en mi parecer, era la única solución para descifrar que era lo que realmente quería, probablemente sería tonto de mi parte decidir con que persona deseo quedarme, uno desea mi carnalidad y mi sumisión, mientras que otro desea descubrir que hay más allá de mis límites, quería descubrir quién realmente era Lana. Suena sencillo decidir, quizá los esté tratando a ambos como objetos, y al final la decisión pueda ser incorrecta o que alguno no desee estar conmigo, todo es un riesgo, tarde o temprano sabré que era lo mejor para mí, aunque tal vez ya lo sepa y no esté haciendo nada al respecto, porque me gusta hundirme en la perdición. Todo puede ser factible.

Mi idea era elaborar un dúo, e invitarlos por separado a bailar conmigo, es una idea no tan elaborada, pero la única forma, (según mi parecer) de obtener respuestas sólidas, era descifrarlos mientras bailábamos. Debía poner manos a la obra, quería que todo no fuese un gran desastre.

-

Era un martes en la tarde, había quedado con Aiden en el estudio de la universidad, sabía que él estaba exhausto, se avecinaba el fin de este semestre y debía hacer muchas cosas, pero no me interesaba en lo absoluto, necesitaba su disposición para mí, al cien por ciento.

Estaba alistándome para ir a bailar con él, quería un soneto fuerte, un soneto oscuro, un soneto que me permitiese ver más allá de él. A pesar de lo yo quisiera, me gustaría que él decidiese que bailaríamos, así me permitiría seguir su ritmo y no él mío, aunque al principio quería descubrir que era lo que yo en realidad quería, también quería saber cómo se desenvolvía en el arte, un arte tan sagrado para mí, cómo lo es la danza.

Había llegado al estudio, Aiden ya se encontraba calentando, percibí como su anatomía se giraba para reflejar en su rostro, una sonrisa tenue y unos ojos que devoraban mi cuerpo sutilmente, ¡Jesús! Acabo comenzar a sudar sin siquiera empezar a bailar.

Dejé mis cosas en el suelo y comencé a hacer mis estiramientos, no eran muchos a decir verdad, necesitaba la flexibilidad necesaria para desenvolverme perfectamente en el dueto, me asustaba fracasar, tropezar con sus pies, dar un giro erróneo, moverme de la manera inadecuada, pesé a que él dirigiría nuestros movimientos, me apresuraba a pensar en las mil y una posibilidades que tenía de fallar.

Termine de estirar, me levanté de donde me encontraba, y me posicione cerca suyo, para que así pudiéramos dar inicio a nuestro baile.

— Espero que hayas venido preparada. No cualquiera logra sacarme de mis asuntos para bailar —. Tragué fuertemente y asentí, él no sabía el peso tan grande que tenía esto para mí.

Esbozo una sonrisa y tomo mis manos acomodándolas perfectamente, una en su cuello y otra en su mano, sutil y práctico. — Tienes suerte de que ame la danza Astori, sino estarías malgastando mi tiempo —. Aseguró.

Así fue como empezamos a bailar, la música que había escogido era una sinfonía suave. Empezamos el recorrido, dando una que otra vuelta, sostenía firmemente mi cintura, sin un rastro de debilidad, tocaba lentamente desde la punta de mis pies, hasta llegar al punto de encuentro que eran mis manos, tomaba lentamente estas y hacía que nos moviéramos despacio y con calma. La sinfonía empezó a cambiar, lo que anteriormente era suave, se convirtió en un sonido rápido y escalofriante, la música venía acompañada por el sonido de un piano en sus tonos más graves, logrando que me sobresaltará y comenzará a dar saltos y a girar lo más rápido que pudiese. Aiden me levantaba en el aire y luego me dejaba caer para luego atraparme y ponerme a girar como un trompo, suena gracioso, pero así era como me sentía.

Las notas graves se hacían cada vez más presentes en la danza, permitiendo detectar un final.

Aiden tomo mi cintura entre sus manos y me alzó suavemente en el aire, para luego marcar el gran final con un salto en el aire y una caída en Split, tengo que decir que fue un baile espectacular.

Pude sentir el calor humano que me producía Aiden, me hacía sentir nerviosa, pero al mismo tiempo tenía la adrenalina en mi cuerpo, cosa que me encantaba. Aiden me hacía bailar en un soneto místico, me sentía como en un bosque encantado, me sentía hechizada y maravillada al mismo tiempo, me es difícil describir el impacto tan fuerte que había causado Aiden en mí.

Lo observé y pude notar como sudaba, estaba exhausto al igual que yo. — Gracias por esto, Aiden. — Mencione. Sabía que era tonto de mi parte agradecerle, pero a la vez tenía ganas de hacerlo, me gustó muchísimo que él haya sido mi compañero.

Espero decir lo mismo de Aarón.

— No es nada, Astori. Estoy para llevarte a conocer el cielo... —. Hizo una pausa. — Pero también el infierno —. Me dio un guiño coqueto a lo que yo me sonrojé.

Entorné mis ojos, tome mis cosas para irme y alistarme para mi segunda rutina del día, y me despedí de Aiden. —. Te veo luego, ten un buen día. — Dije.

— No será bueno si no me has besado, Lana. — Me paralicé por unos segundos y me acerqué para besar su mejilla.

Rodó los ojos y sonrío por un instante —. No era lo que esperaba, pero sé que pronto caerás y profanaras estos labios que tanto te desean. Tentazioni come te meritano peccati come me. — Mis manos comenzaron a sudar y yo me fui rápidamente del lugar.

Las tentaciones como él, merecían pecados como yo...

Nos vemos luego. Voten mucho, ju. Por ahí de vez en cuando publico cosas en mi instagram.

@laurelxlg --> My instagram.

El Infierno Tiene Tu Nombre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora