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¿Cómo describir la tristeza? La verdad, para mi no es ese dolor tan profundo que sientes en el pecho, o esas decepciones que te dejan llorando por horas, la verdad para mi la tristeza es sentarte en algún lugar, mirar un punto fijo, llorar, sentirte algo solo, pero luego levantarte y tragarte tu tristeza, es extraño, lo sé. Sin embargo puedo soportarlo.

La razón por la cual hago referencia a la tristeza no es nada más que una razón totalmente estúpida, Aiden está detrás de mis lágrimas, sin embargo es algo que ya había asumido al principio.

Me sorprende bastante que espero demasiado de alguien que me demuestra poco, maldito Aiden, maldito Aaron, malditos todos.

Jueves en la noche (8:26 pm) 

Salí con unos compañeros de la universidad a tomarnos algo, cuando a ellos se les ocurrió la maravillosa idea de ir a un bar que quedaba cerca del lugar, según ellos, no estaba mal perder los cabales de vez en cuando, cosa a la que no me opuse porque pensé que el lugar era calmado.

Mal punto ahí, Lana. 

Estábamos básicamente en una disco fuera de control, con adolescentes fluorescentes tratando de cogerse a cualquier cosa con piernas que exista, se supone que ellos son el futuro del mundo. 

Para mi mala suerte mis compañeros desaparecieron y no podía encontrarlos, creí haber visto a una compañera en la entrada de los baños, pero mi sorpresa fue mayor cuando ví a un tipo de cabellos rojizos, a punto de profanar el cuerpo de una chica, golpe bajo para mi.

Afortunadamente no logró ver que yo estaba ahí, el espacio era tan oscuro que no alcanzaba a entrar la luz. 

Tome mis cosas para irme, no tenía sentido quedarme en un lugar donde no conocía a nadie, y en donde probablemente podría perder la razón con un par de tragos, y no gracias. El alcohol y yo no tenemos una relación agradable.

El calor inundó mi cuerpo, estábamos en pleno auge veraniego y había decidido vestir una chaqueta abrigada, al parecer no era mi mejor día.

El teléfono estaba sonando, cuestioné unos segundos en contestar, un número desconocido era quien se proyectaba en la pantalla, ¿quién será? 

Contesté y hablé, -¿Hay alguien ahí? - Pregunté.

- Te he llamado y no me has contestado, ¿por qué estás apareciendo en todos los lugares de mi mente? Desearía poder borrarte pero mi mente se ha resignado a olvidarte -. Tragué fuerte y colgué. 

Mi cuerpo estaba empezando a sufrir de nervios, estaba sola esperando por el taxi que había pedido, según me dijeron en la línea de taxis, podría tardar hasta veinticinco minutos en llegar. Repito, hoy no es mi día. 

Quise regresar a la fiesta a ver que podía estar pasando, pero por fin algo bueno pasó, y al fín el taxi llegó.

Le indiqué mi dirección al hombre y él se dispuso a llevarme a mi destino.

(.)

Me dediqué a mirar el techo de la habitación y pude darme cuenta que era igual de aburrido que yo, blanco, pálido, sin emoción por nada y sin duda alguna un techo sin propósito alguno. 

Creo que debo dejar la filosofía barata.

Comencé a quedarme poco a poco dormida, hasta que el sonido de la puerta sonando me despertó, miré el reloj de mi cómoda y me dí cuenta que eran las dos de la mañana. 

Baje algo preocupada, no sé a quien se le ocurre llamar tan temprano, ¿a caso no duerme? 

Para mi sorpresa al ver por la ventana, me encontré una tez pálida y una cabellera oscura, - ¿Es que ahora eres un vampiro? Ve a dormir Aiden -. Le dije en tono serio.

- Quiero dormir aquí, junto a tí -. Esto tenía que ser una broma.

Rasque mi nuca y abrí un poco más la puerta, - Quizá alguien en un bar tenga ganas de coger. 

Pensé que habría una sonrisa graciosa por su parte, pero lo único que ví fue un gesto de molestia y unos ojos penetrando lentamente mi mirada, -¿Qué te hace pensar eso? 

Reí fuertemente, ¿Qué no me hacía pensarlo? 

- Ve a dormir Aiden, mañana debes ir a dar tus clases -. Se interpuso lentamente en el marco de la puerta hasta que quedara completamente abierta. Esto ya no me esta gustando.

- ¿Qué te cuesta dormir conmigo esta noche? - Preguntó en un tono suave, ¿estaba hablando en serio? 

Intenté cerrar la puerta en su cara, pero no me lo permitió, su rostro seguía sin mostrar expresión alguna, los nervios volvieron a aparecer, no entiendo porque estaba haciendo esto.

- A..Aiden, esto no esta bien, deberías regresar a lugar del que perteneces, ir con personas de tu clase y tu altura, con alguien que cumpla tus verdaderos deseos. 

Se acercó tanto hasta que ya no quedará mucho espacio, posó su boca en mi oreja, me estaba enloqueciendo, me estaba haciendo perder la razón y por mucho que lo deseara, no podía caer de nuevo en su trampa, -¿Y que te hace pensar que tu no eres parte de mis deseos? ¿Qué te hace pensar que no quiero volver sentirte ni a tocarte? - Susurró suavemente en mi oído. 

Tragué saliva y dejé que entrará. 

Y cuando entro, supe que no solo iba a entrar a mi habitación, sino a todos los lugares que le estuviera permitido pecar y generar una total destrucción.

Línea de tiempo original.

Sabía que todo lo que hacía era un error, espere demostrarle que yo también tenía el control, pero se lo cedí, había perdido. Estaba cayendo poco a poco en la perdición y pese a que lo sabía, preferí hundirme antes de hacer algo.

Nuestra historia nunca fue de amor, porque de haberlo sido, ambos estaríamos intactos.


Se despide su servidora, Laurel.  <3



El Infierno Tiene Tu Nombre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora