Plan inicial

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"Todo lo que yo quisiera de ti, son esas cosas cotidianas, el olor de tu cuerpo, saber lo que piensas de cualquier cosa, de ti, de mí, de nuestro entorno. Que mires más allá de mi apariencia física, que me recuerdes con pasión y que el placer que juntos inventamos sea otro signo de libertad" – JULIO CORTÁZAR

NINA

No se que rayos me había picado, no se cuantas veces en mi mente me había repetido millones de razones por las cuales no debería estar besándome con él, pero simplemente no pude, el verlo en mi casa ocupando un espacio en mi espacio, conviviendo con mis hijas, mis hijas... maldita sea debía detenerme por ellas y no estar sumergiendo mis manos dentro de su playera porque quería tocarlo. 

Parecía lo que justo nunca quise parecer, una mujer necesitada de caricias a causa de esta abstinencia, cuando lo detuve la primera vez en su oficina me porte como una mujer fuerte y decidida algo que definitivamente no estaba siendo ahora, deje de pensar cuando me giro y me recargo contra la pared encorvándose sobre de mí, sus manos eras exigentes, tocando todo lo que estaba a su alcance, sabia lo que quería y sabia como tocar sin llegar a ser agresivo o desesperado.

-Mami? – mierda, lo empuje justo a tiempo cuando Liz entraba en la cocina.

-Amm si hija que paso? – esperaba mi ropa no estuviera desacomodada.

-Mami quiero helado.

-Claro cariño, ve a la sala y ahorita los llevo – salió y respire de nuevo tomando valor para girar a verlo y decirle... pues en realidad no se qué iba a decir, pero debía pararlo ¿no? En cuanto gire el me tomo de la cintura y me pego en un beso.

-No lo digas Nina, no te arrepientas...  voy a comenzar a instalar el sistema nena, vengo – me dio otro pequeño beso húmedo y salió de la cocina.

El resto de la tarde estuve desconcentrada, se supone estaba de vacaciones y debía de relajarme pero no podía con el tan cerca de mí, de vez en cuanto salía a ver cómo iba mientras instalaba todas esas cámaras y cosas que traía, verlo trabajar me hizo recordar lo bien que se sentía esa sensación de que alguien cuidara de ti, mas especifico la presencia de un hombre en mi vida no sabía que lo anhelaba, yo había tenido que ser la fuerte por mis hijas, tenía mucha familia y no decir de la familia de Nicolas, todos ellos me pidieron ir a vivir con ellos cuando me dieron la noticia de su muerte, pero no, yo quise quedarme en esta casa, era la casa que él compro para sus hijas.

Estaba obscureciendo cuando lo vi entrar a la casa.

-Terminaste?

-No, pero ya oscureció, mañana seguiré, al menos ya funcionan las que instale – se acerco a mi y me enseño en su celular las cámaras que instalo, mientras él me explicaba cómo funcionaba ¿Qué hice yo? Pues admirarlo, olerlo a pesar de estar sudado por el trabajo que había realizado, olía riquísimo.

Estaba tan distraída que no me di cuenta cuando paro de hablar y estaba mirándome con una sonrisa socarrona. 

-Si sigues mirándome así Nina, no respondo de mí.

-Estás loco – comencé a alejarse de él, pero me sujeto de un brazo y me jalo hacia él.

-Es tarde, invítame a dormir aquí.

-Que?! No, estás loco están mis hijas, eso esta mal y yo no...

-Si me conoces, sabes que yo nunca las dañaría, yo siempre las protegeré...

-No, no te vas a quedar que piensas que lo voy a decir a mis hijas cuando vean que te quedas conmigo...

-Yo no dije que me quedaría en tu cuarto, tienes dos habitaciones de invitados, puedo usar una... pero me gusta tu forma de pensar – me solté de su agarre.

Enamorado de una imposible (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora