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Mar.

Mañana era el cumpleaños de Valentín y quería prepararle algo con mí mamá, la Ds3 iba a venir pero el no sabía nada.

Estaba yendo a comprar las cosas para hacerle una torta. No iba a a ser la gran cosa pero ¿Algo es algo, no?.

Fui al almacén que quedaba en la esquina de mi casa, iba re mal arreglada, estaba con un pantalón que usaba para jugar al fútbol y una remera grande de mi hermano, caminaba tarareando una canción que había escuchado hace unos días en el barrio.

Estaba tan sometida en mis pensamientos que no me di cuenta que me estaban hablando hasta que tocaron mi hombro.

Me di vuelta con el ceño fruncido sin saber quién era.

—¡Amiga tanto tiempo sin vernos!.— gritó el el medio de la calle.

¿Y esta loca? ¿Vieron cuando eran chicos que los saludaban gente que ustedes no sabian quienes eran y flasheaban confianza y no sabían donde meterse? Bueno así estoy en estos momentos. 

No entiendo nada y ni puta idea quien esta persona.

—Soy Sami tarada.—trate de recordar quien era pero simplemente no me acordaba de ella.

Me quedé tildada unos segundo cuándo supe quién era.

Reaccioné saltando encima de ella abrazándola y llorando de la emoción, hace muchos años no la veia.

—Flaca, te extrañe tanto—hable con lagrimas en los ojos.

—Yo también, ¿Que onda que hacías por estos lados?— interrogó ella.

—Ahora estaba yendo a comprar para prepararle torta a un amigo que anda de visita.— le respondí.

—Vamos, te acompaño que ando aburrida.—exclamó pasando uno de sus brazos por mis hombros.

Fuimos al almacén, compramos todo lo que necesitaba y volvimos a mi casa, antes de llegar habíamos pasado por la plaza del barrio, tantas anécdotas con esta plaza.

La morocha me ayudó a preparar el bizcochuelo y a decorarlo.

Mamá estaba haciendo pizzas para comer, porque lo pidió la ds3, a ellos le cumple los caprichos y a mi no.

Me fui a bañar mientras Samira preparaba la ropa que me iba a poner.

Ella siempre supo mucho de moda y eso, además siempre andaba bien arreglada por eso le dejé eso a ella.

Salí de bañarme y me cambié con lo que había elegido mi amiga.

No era algo tan producido pero se veía lindo.

Ella entró a bañarse también ya que se iba a quedar en casa.

Me maquille un poco y bajé.

Justo en el momento que terminé de bajar las escaleras se escuchó como tocaban la puerta y voces detrás de ella.

La ds3.

Me dirigí a la puerta un tanto nerviosa porque era la primera vez que venían y quería que esté todo correcto.

𝙋𝙡𝙖𝙯𝙖;𝒘𝒐𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora