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Mar.

Después de la madrugada llena de besos con Valen nos fuimos a dormir porque la había dicho que lo llevaría a una isla de por acá cerca a pasar el día lejos de todo para que esté tranquilo por un rato aunque sea.

Cómo era de esperarse me levanté antes que el, entonces aproveche para preparar todas las cosas que necesitaríamos hoy en la isla, también aproveché y le prepare un desayuno tranqui, igual allá íbamos a comer, no es que lo iba a dejar sin comer.

Después de haber preparado todo, me fui al baño para poder hacer mis necesidades.

Abajo ya se escuchaba risas y gritos, por lo que supuse que ya estaban todos despiertos.

—HOLAAAAAA.— grité cuando bajé, asustando a los todos los que estaban presentes ahí.

—Pelotuda, me asustaste.— exclamó el Depa colocando una de sus manos en su pecho y abriendo la boca como una o.

Ay no seas exagerado estúpido.— hablé haciendole burla.

—Que tanto grito acá loco, no dejan dormir.— dijo una voz que venía bajando las escaleras, cuando estuvo bien cerca mio, pasó sus brazos por mí cintura y dejó un besito en mi mejilla, murmurando un buen día.

—Tu amigo es un exagerado que le tiene miedo a todo— dije frunciendo el entrecejo.

—Bueno basta, no tienen cinco años, vamos a desayunar— nos retó guada empujando a todos a la cocina.— Ustedes tambien, dale, dale, dale, dejen de pollerear.— nos empujó hasta la cocina entre risas.

—Che, ¿ustedes van con nosotros hoy?— pregunté llevandome una vainilla a la boca.

—¿A dónde?— contrapreguntó Tobo.

—A una isla de por acá cerca, lo voy a llevar a su amigo para que conozca.— respondí mientras me reia de las expresiones de los demás.

Sabía a qué se debian esas caras.

—No, vayan ustedes tranquilo, necesitan tiempo a solas.— habló Guada antes de que los demás respondieran.

—¿Seguros?— pregunté nuevamente.

—Si.— respondieron todos al unísono.

Solo me encogí de hombros y seguí desayunando.

Desayunamos tranquilos hablando de las fechas que tenía Valentin entre otras cosas.

Me metí a bañar porque hacía demasiado calor ya estaba toda pegajosa.

Verano te odio, invierno llega rápido porfa.

Cuándo salí del baño me encontré a Valentín tirado en mi cama, re tranquilo jugando a los jueguitos en mi celular, también.

Se dió cuenta de mi presencia y me miro divertido con una ceja levantada.

—A bueno, me parece que voy a quedar acá si tengo esta vista.— habló después de un silencio que a mi se me hizo eterno.

—¿Te podes ir porfavor?— le pedí amablemente tratando de no perder la paciencia.

—Bueno.—hizo un leve puchero.— pero la próxima no te salvas chiquita.— hizo una voz grave. Solté una carcajada ante eso y lo saqué de mi pieza.

𝙋𝙡𝙖𝙯𝙖;𝒘𝒐𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora