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Mar.

Puse una de mis manos en su nuca y la otra en su mejilla para profundizar el beso, el tomó mí cintura acaraciandome   suavemente con la yema de sus dedos, mordió levemente mi labio inferior para luego introducir su lengua en mi boca.

Recorrió toda mi cavidad bucal trazando líneas imaginarias, muestras lenguas danzaban haciéndonos desear, pero aunque quisiéramos más no podíamos.

Se separó de mi con una sonrisa hermosa y con sus ojos aún cerrados. Fue dejando varios picos sobre mis labios y otros en la comisura de ellos para luego separarse definitivamente.

Abrió los ojos para mirarme y luego acotar:

—No sabes las ganas que tenía de hacer esto, sos tan hermosa.—sonreí ante sus palabras.

Me quedé mirando sus ojos celestes que ahora se encontraban un poco dilatados. Después de unos minutos decidí hablar.

—Vos también sos hermoso Val.. y yo también tenia ganas de esto—suspiré y mire hacía un costado.

—Eu mirame, ¿esto te incómoda?— habló mientras tomaba mi mentón así lo miraba.

¿Me sentía incómoda haciendo ésto con el?
¿Me molestaba?
La verdad ni yo sabía, siempre me pareció estúpido que los amigos se besaran, nunca compartí esas ideas, me parecía realmente una pavada. Siempre tuve pensamientos como los tendría una señora de sesenta años, aunque ellas estan más actualizadas con esos temas capaz.

¿Pero yo que era de Valentín? ¿Amiga? ¿Conocida?
No lo sé pero lo sabremos en el próximo capítulo.

—No, no me incómoda que se yo, es raro para mi ya que nunca había estado con alguien más que no sea Serena.

—'Ta bien, si algún día te molesta o te sentis incómoda me descis ¿Dale?, Lo menos que quiero es hacerte sentir mal.—podría jurar que las expresiones de de Val en estos momentos me causa mucha ternura.

Ver como se pone cuándo se preocupa con alguien es lo más hermoso, o cuándo se concentra en escribir, cantar, cuando tiene un show, cuando ve fans que se hacen un tatuaje referido a el su mirada cambia por completo, tiene un brillo especial que te puede llegar a enamorar si lo miras fijo.

Nos quedamos acostados en el sillón como dos perezosos mirando una serie mientras nos dábamos uno que otro beso.

Como ya nos estaba dando sueño decidimos irnos a la cama a mimir, vale aclarar que el terco de Valentín se le ocurrió llevarme a upa, después de varios tropiezos llegamos por fin a la pieza.

El me pasó una remera suya que me quedaba justa, o sea, ni muy grande ni muy chica. El se acostó solo en boxer azules, porque según el chico "tenía calor" vamos a decir que le creo. Nos metimos en las sábanas cada uno de su lado. Por si no saben, arreglamos en que lugar dormía cada uno, yo tengo el lado de la pared para que no me coman los fantasmas obvio y el lado de la orilla para que me defienda, aunque cuando quiero ir al baño en las noches se me dificulta un poco ya que tengo que pasar por arriba de el. Un día quise pasar y le terminé pisando la pija.

Nos acostamos asi ya re cómodos y el nene de cinco años que se hace llamar Valentín que dice tener 21 años empezó a hablar de cosas irrelevantes y moverse para todos lados.

𝙋𝙡𝙖𝙯𝙖;𝒘𝒐𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora