| Parte V | Capítulo 2: El Legado Familiar

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El suelo estaba algo húmedo, y tocarlo daba una sensación como si algo calase dentro de sus ojos y un escalofrío recorriese su alma. El resto de la sala era completamente negra. Era imposible saber sus dimensiones, pues parecía no tener fin, y tampoco comienzo.

Michael miraba a los lados asustado. Se sentía completamente solo en ese sitio, porque realmente lo estaba. Su frente estaba sudada, y sus manos le temblaban. Sentía a una presencia invisible y escurridiza, acechándolo.

Se escuchaban sollozos, así como un sonido metálico que a los oídos del recién llegado era muy familiar. Pasos recorrían la habitación, alguien se acercaba. Michael miraba nervioso a su alrededor, expectante a cualquier movimiento.

¿Por qué?  —Michael sintió un escalofrío escalando su espalda—. ¿Por qué me hiciste eso, hermano?

Michael reconoció en ese mismo instante la procedencia de aquella voz fantasmal.

—¿Norman...? —preguntó atónito. 

De repente el color negro que se mantenía latente en el cuarto vacío pareció quebrarse, como una ventana recibiendo el golpe de una piedra. Todo pareció volverse blanco, y el repetitivo sonido metálico pareció amplificarse.

Michael se tapó los oídos y cerró los ojos. El sonido era cada vez más fuerte, y más insoportable, hasta que finalmente volvió a sonar, pero completamente sonoro e intenso, haciéndose eco en la habitación. El hombre abrió los ojos, y se dio cuenta finalmente de qué se trataba.

No pudo articular palabra, y el escenario volvió a cambiar. Ahí se encontraba aquella escena. De la mandíbula de Fredbear iban cayendo gotas de sangre, que se sumaban al inmenso charco que había a los pies del oso dorado, que se teñía de rojo.

La escena era desgarradora, y Michael sintió unas increíbles náuseas. La culpa se apoderó de su alma, y recordó el horrible momento. 

¿POR QUÉ, HERMANO, POR QUÉ? ¿QUÉ TE HICE YO PARA MERECER ESTO?

 El suelo se empezó a quebrar bajo sus pies. Todo se volvió borroso y apareció una extraña niebla. Michael cayó por el eterno abismo, mientras gritaba de pánico. Mientras caía se escuchaban risas infantiles, gritos, así como sollozos. 

Todo se mezcló. Empezaron a aparecer extrañas visiones. Un gran oso, similar a Fredbear, pero mucho más horrible y con un aspecto terrorífico lo miraba con latentes ojos rojos. Sus dientes eran enormes y estaban manchados de sangre. La mandíbula era también de grandes dimensiones. El ser soltó una risa que caló en los huesos de Michael.

Finalmente chocó contra el frío suelo de una manera violenta. Todo se silenció por un momento, y Michael sintió como si su corazón se hubiese detenido por un segundo.


[...]

Michael abrió los ojos y miró a su alrededor. Estaba tirado en el suelo. Las sabanas estaban, en su mayor parte, dispersas por el suelo, y la almohada parecía haberse metido entre la cama y el armario. 

Quien se encontraba tendido en el frío suelo soltó un largo suspiro. Había vuelto a tener esa pesadilla, que tanto se había repetido todos estos años. Con cansancio y pereza se levantó, y, con gran resignación, empezó a hacer la cama de nuevo.

Habían pasado ya más de una década de la misteriosa y repentina desaparición de su padre en 1993. Pocas cosas habían cambiado realmente desde entonces; la franquicia de Freddy Fazbear's Pizza ya estaba muerta, y no había rastro de William Afton.

Todo ese tiempo Michael había navegado sin rumbo en su vida, la cual parecía girar en torno a una sola misión en ese momento; la que le había encomendado su padre.

Five Nights at Freddy's - Donde las Memorias Nunca Mueren |FNAF Fanfic|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora