| Parte IV | Capítulo 3: Un Diseño Curioso

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La noche seguía húmeda y oscura. La puerta crujió levemente mientras el niño se asomaba por ella. El pasillo derecho estaba vacío por el momento, todo pintaba normal.

El pequeño se giró hacia su espalda, la cama también estaba despejada. Caminó un poco hacia delante, al gran armario de la habitación. Se asomó, mientras su mano temblaba, por este. Pero, tan solo había un adorable peluche de Foxy al fondo.

Caminó algo más erguido hacia la puerta izquierda. Encendió la linterna para ver si había algo. Una silueta, aparentemente azul, se encontraba cerca, y rápidamente desapareció. El chico sintió un nudo en la garganta.

Volvió a hacer el mismo recorrido una y otra vez. Pasando por la cama, por el armario, y por ambos pasillos. Tras hacer un par de rondas volvió al pasillo izquierdo, donde se quedó quieto sujetando la puerta.

Se escuchaba algo, como si se tratase de una respiración.

El niño usó la linterna para iluminar la estancia. Allí se encontraba, una de las cosas más horribles que había visto nunca.

Nightmare Bonnie era una versión distorsionada y terrorífica del verdadero conejo. Sus ojos eran púrpuras brillantes, su pajarita roja y sus bigotes enormes. Estaba ligeramente dañado, exponiendo parte de su curioso endoesqueleto por diferentes grietas. Muchas de sus cualidades eran muy exuberantes, como sus largos y afilados dientes, su enorme mandíbula y sus largas y metálicas garras que serían capaz de desgarrar cualquier cosa.

Esta pesadilla andante estaba mirando al chico, quien seguía asomado por la puerta del pasillo izquierdo, y excesivamente cerca. El niño logró, de una manera milagrosa, cerrar la puerta.

Se quedó apretando el pomo de la puerta, respirando de manera dificultosa. Estaba muy asustado. Si hubiese tardado una milésima de segundo más...

Se escucharon unos pasos firmes, haciéndose distantes por el pasillo. El niño volvió a abrir la puerta, y la luz de la linterna le confirmó que Nightmare Bonnie se había ido.

Pero no era el momento de tranquilizarse, ellos seguían ahí, y tardarían en desaparecer.


[...]

Hacía un bonito día fuera, los pájaros cantaban y las flores brotaban. Era una jornada típica de verano, perfecto para estar fuera.

Habían pasado un par de semanas de la reunión del 1 de julio de 1983. Henry había tenido que dejar a sus dos hijos, Sammy y Charlie, en la casa de los Afton, bajo la vigilancia de William.

Sin embargo este estaba ocupado actualmente, y se encontraba en su sótano haciendo todos los preparativos de Afton Robotics LLC. Ese mismo día un agente especial llegaría a la casa, a supervisar todo. Si eso acababa bien, el Gobierno aceptaría la apertura de Circus Baby's Pizza World en tan solo dos días.

Mientras su ausencia, el señor Afton había dejado la vigilancia de los niños a su hijo mayor Michael Afton. Esto, tal vez, no había sido la mejor idea del mundo.

El adolescente estaba mirando en la televisión, una película algo 'caliente'. Los niños inocentes, los cuales se ocultaban detrás del sofá, estaban intentando mirar, atraídos por los gritos.

—Guau, ¿qué están haciendo ese hombre y esa mujer? —se le escapó a Charlie, quien rápidamente se tapó la boca.

—¿Eh? ¿Qué hacéis vosotros aquí, mocosos? —increpó Michael, al darse cuenta de los topos que tenía detrás.

—Eh... nosotros, solo, queríamos ver que era eso —confesó Sammy.

—No es asunto vuestro —contestó Michael—, pero tan solo se están divirtiendo.

Five Nights at Freddy's - Donde las Memorias Nunca Mueren |FNAF Fanfic|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora