| Parte VI | Capítulo 4: Martes

113 10 1
                                    

Hasta sesenta personas habían acudido a la inauguración del nuevo Freddy Fazbear's Pizza. Los números eran muy positivos en general. Hasta 451 dólares ganados durante la primera jornada, a los que se sumaban los 500 extra por lograr rescatar a Molten Freddy. 

A pesar de ello Michael se encontraba algo inquieto. Era buen conocedor del éxito que estaba teniendo, a pesar de haber empezado y a pesar de no haber puesto todavía ningún animatrónico real. Sin embargo sentía un extraño nudo en el estómago, había algo que le inquietaba.

Molten Freddy se encontraba en la pizzería, en la parte subterránea. Tras el salvamento había logrado huir por los conductos de ventilación. Parecía un fracaso, pero, aún así, recibió el pago de 500 dólares; como si su huida hacia ese lugar no fuese intencionada. 

En la entrada del local Helpy pegaba saltos de felicidad, para luego mover sus caderas con alegría. Eso logró dejar una sonrisa en el rostro de Michael, quien lo agradeció. Suspiró y decidió que debía de seguir trabajando; tenía nuevos planes para el segundo día de apertura.

La primera adicción extra fue un nuevo animatrónico llamado Candy Cadet.  Un dispensador de chucherías y dulces cada vez que le metías cierta cantidad de dinero. Era sin duda un buen partido. Michael lo colocó en la esquina superior derecha del local. 

Como era de costumbre Michael se aseguró de que funcionaba, y empezó a hacerle pruebas. Candy Cadet empezó con su programación de inmediato, hablando con una voz robótica y demasiado monótona. 

Soy Candy Cadet, ven a buscar tus dulces aquí. Tengo dulces todo el día, todos los días. Dulces. Dulces. Dulces...

Michael insertó la moneda, y un dulce rojo salió del dispensador. Afton lo agarró y comprobó como el dinero de la cuenta subía. El mecanismo funcionaba. Al rato Candy Cadet se acercó levemente hacia Michael, quien lo miró sorprendido.

Vuelve a Candy Cadet otra vez y, tal vez, ¿te cuente una historia?

Después se dirigió hacia atrás de nuevo y se apagó. 

Michael lo miró con sospecha. No recordaba haber añadido esa frase a la inteligencia artificial de Candy Cadet. Mostró una mueca de desagrado. Tampoco recordaba haber hecho esas extrañas adicciones a Fruity Maze y Midnight Motorist, y aún así los dos árcades habían aparecido alteradas. 

Afton frunció el ceño. ¿A caso alguien le estaba gastando una broma? Si era así a Michael no le hacía ninguna gracia. Se acercó a Candy Cadet mosqueado y volvió a encenderlo, decidido a descubrir qué ocultaba ese cacharro.

Las dos primeras veces fueron exactamente iguales, pero a la tercera hubo un cambio repentino. Los colores de Candy Cadet se apagaron, como si estuviese poseído. Se acercó murmurando.

Ahora te contaré una historia sobre un niño pequeño. Tenía una serpiente roja que guardaba en una jaula de metal cuya hambre no podía ser saciada. Un día, el niño encontró cinco gatitos fuera de su casa. Los llevó adentro y los guardó en una caja de zapatos. Sabía que la serpiente podría matarlos, pero no podía deshacerse de ella. Sabía que si elegía un gatito para alimentar a la serpiente, podría satisfacer su hambre, pero no podía elegir. Entonces, se fue a la cama, dejando la jaula abierta. La serpiente fue a la caja de zapatos, eligió un gatito al azar y se lo comió. Después de que habían pasado cinco noches  el niño se arrepintió, y, entonces, abrió la serpiente. Juntó los restos y volvió a poner al gatito en la caja de zapatos...

Michael escuchó con horror esa historia. Se quedó atónito, y dio dos pasos hacia atrás. Candy Cadet se había apagado como si nada. ¿Pero qué demonios había sido esa historia? Le provocaba náuseas y malestar en el estómago.

Five Nights at Freddy's - Donde las Memorias Nunca Mueren |FNAF Fanfic|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora