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Una reciente llamada la había desconcertado. Y era extraño viniendo de ella, ya que Toga no era la clase de chica que se impresionaba con cualquier cosa.
Tomó su cuchillo favorito y, sigilosamente, se acercó hasta el pelirrojo, quien calmadamente lavaba la vajilla utilizada hoy. Sonreía despreocupado, como si no hubiera una loca psicópata detrás de él. Estaba feliz. Su reciente trabajo le daba un poco de auto-respeto hacia si mismo. Lo hacía sentir útil y acompañado.
Sintiendo un intensa aura de muerte, decidió por primera vez voltearse, encontrándose con los vacíos ojos de la rubia. Recordaba esa mirada. Era la que tenía cuando estuvo a punto de matarlo.
—Me engañaste—susurró sombría.
Touya tragó en seco, mirando atentó a las acciones de la chica. Apenas alzó el cuchillo, sus años de entrenamiento con el héroe número uno salieron a flote: le tomó la muñeca antes de que lo apuñalara.
—Puedo explicarlo—dijo con voz temblorosa.
Comenzó un silencioso forcejeo. Toga tenía el corazón destrozado. Creía tener su primer amigo y resultó que todo había sido una mentira. Trabajaban y pasaban la mayor parte del día trabajando. En sus ratos libres cantaban karaoke, coreando BTS a todo pulmón y a espaldas del cenizo. ¡Incluso le había pintado las uñas! (Con un diseño que la chica describió como "divinas")
¡No era justo!
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Mientras caminaba por la ciudad, Bakugou veía una y otra vez la misma fotografía de un sujeto con cara de idiota: un chico de veintitantos, de cabello alborotado rojizo y ojos de un profundo color azul. Había desaparecido hacía algunos días atrás.
Esperen...
¡Esperen!
Leyó con cuidado el papel de se busca... Era el hermano del bastardo de las mitades, Todoroki Touya. Hijo de Enji, ex número uno.
Corrió despavorido, llegando lo mas rápido posible al karaoke. Tenía que deshacerse de aquel inmundo ser humano de su lugar de trabajo. No dejaría que nada ni nadie se interpusiera.
La ubicación era en un edificio en plena ciudad llena de cámaras de vigilancia. De seguro la policía estará revisando los registros y descubrirán que el pelirrojo entro al local, pero que nunca salió de él.
¡REVISARÍAN TODO EL LUGAR Y HABÍA MEDIO CUERPO EN LA CONGELADORA!
Maldijo a la rubia cuando le ordenó que limpiara y esta le dijo que después lo haría.
Apenas entró notó que no había clientes debido a que era un horario de poca frecuencia. Escuchó el ruido de un plato cayendo, rompiéndose en pedazos. Se guió por la fuente del sonido y encontró la escena.
En uno de los cuartos del lugar estaban Toga, en guardia con sus cuchillos en ambas manos con una mirada asesina dirigida hacia el pelirrojo. Y este no estaba indefenso. Un fuego azul salía de la palma de sus manos. Ambos jadeaban pesado.
—No quiero hacerte daño, Himiko— su rostro mostraba angustia. El pelirrojo solo se estaba defendiendo—por favor, baja el arma.
—Tu, bastardo inmundo—Katsuki le estaba apuntando con su revolver favorito—La bala será mas rápido que tu fuego. Detén tu mierda ahora.
—¡Pero va a matarme!
—¡Y tu Toga baja los cuchillos!
La rubia se quejó, inflando sus cachetes y haciendo un puchero. Ambos obedecieron. Bakugou bajó su revolver, pero aun la mantiene entre sus dedos.
—Seré breve. Te están buscando allá afuera, así que vete a tu puta casa.
—No quie...
—No te estoy preguntando. Vete ahora.
—¡No quiero volver!
La temperatura del cuarto aumento considerablemente. De un momento a otro tenía a un hombre adulto llorando desconsolado. A Himiko se le removió un poco el pecho.
Pero Bakugou era un bastardo sin corazón.
—Antes de llegar aquí...lo único que tenía en mente...
—No quiero que me cuentes tu historia, bastardo inmundo—interrumpió el rubio—Vete o te mataré.
—Entonces hazlo.
Sus ojos de un momento a otro se volvieron vacíos. Por unos segundos, el rubio se vio reflejado a sí mismo, años atrás cuando creyó que lo había perdido todo.
El maldito frente a él, estaba hablando en serio sobre morir.
—¡Maldición!—gritó iracundo el rubio.
Su teléfono vibró insistente y revisó de que trataba.
"Van para allá"
Midoriya
El sonido de un disparo fue callado el bullicio de la ciudad.
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El último lugar donde Touya fue visto por última vez había sido en un sector bastante concurrido de la ciudad. Su hermano menor, Shouto, recorría el sector alerta ante cualquier pista que pudiera dar hacia el paradero de su hermano.
¿Como había ido tan lejos? Vio con sus propios ojos las cámaras de seguridad de un centro comercial cercano. Caminaba junto a una pequeña joven rubia, pero no fue capaz de captar hacia donde se dirigía. Recordó mencionar a Midoriya que Bakugou tenía una tienda cercana. Si le preguntaba...
Vio a lo lejos una cabellera pelirroja entre la multitud, y con desesperación el bicolor corrió hacia ella. Tomó sus hombros para voltearlo. Sus ojos se llenaron de lagrimas en el momento en que ambos hicieron contacto visual.
—Touya.
El mayor se veía asustado y desorientado, su cuerpo temblaba. El bicolor abrazó fuerte, como si no se hubieran visto hace años.
—¿Dónde estuviste?
Sus ojos se abrieron de par en par.
—Yo...no lo sé...
Sin soltarlo, el Todoroki menor hizo un llamado rápido por teléfono, indicando que había encontrado a Touya. En un abrir y cerrar de ojos el pelirrojo estaba en una ambulancia camino al hospital para constatar la presencia de alguna lesión física.
Bakugou miró toda la escena desde una azotea, hastiado. Se volteo.
—Espero que esta sea una razón suficiente para salir ahora, inmundo.
Una de sus manos fue a parar la sangrante herida en su hombro. El pelirrojo se abrazó a si mismo. Bajó su mirada azul, avergonzado de su cobardía.
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Que paso!?
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Villain Bakugou
Short StoryLuego de retirarse repentinamente como héroe debido a una grave lesión, Bakugou encontró la manera ideal de liberar todas tensiones en su día a día. Kirixbaku