Capítulo 16

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Sintió la calidez de sus ásperos dedos sobre la piel de su cuello, subiendo por este hasta posarse sobre sus pálidas mejillas. Abrió sus ojos tranquilamente como si de un sueño se tratase.

Como si su instinto no le hubiere dicho que moriría allí mismo a manos del héroe pelirrojo.

Y la mirada alegre que recordaba con cariño ya no estaba allí. Expresaba una mezcla de sentimientos que no supo descifrar bien pese a haber estado con él durante una buena parte de su vida, lo que no pudo evitar que una pequeña punzada atravesara su pecho.

El pelirrojo se arrodilló ante él, y el rubio cenizo fue empujado delicadamente, invitándolo a sentarse en uno de los sillones tras su cuerpo. En ningún momento sus miradas se despegaron una de la otra. Su cintura fue envuelta entre los fuertes brazos de su novio, en una caricia lenta con las palmas abiertas de sus manos, lo que hizo estremecer cálidamente su cuerpo. Quedando entre sus piernas, finalmente vio como la cabeza de Eijirou se acurrucó contra su estómago, ocultando su rostro.

Y con un infinito amor y una calma absoluta, Bakugou lo envolvió entre sus brazos. No importaba la situación. Estando Kirishima cerca, a él no le importaba nada más a su alrededor. Ni el desorden, ni el ebrio e inconsciente cuerpo de Enji Todoroki en el suelo o de las consecuencias que esto podría traer en algún futuro.

Todo era sobre él. Todo lo que hacía era por y para él.

Acarició con cariño las hebras de sus cabellos, y respiró con calma ese aroma tan masculino que siempre llevaba encima, con tanto amor que hizo llorar al pelirrojo desconsolado. La amargura de la traición, y el amor que expresaba el rubio tras cada caricia hacia que todo fuera simplemente insoportable. Y todo lo que Bakugou pudo hacer fue volverse su faro entre toda esa tormenta de emociones

—Katsuki.

—¿Si?—susurró íntimamente.

—Lo siento—suspiró con pesadez y fue lo único que pudo brotar de sus labios—Te amo, a pesar de todo por eso....pídeme perdón.

Esperen un minuto.

—¿QUE?—jaló sus cabellos con brusquedad para poder encararlo.

—¡Voy a perdonarte si te disculpas!

—¿¡Y qué demonios hice ahora!?

—No te hagas el tonto. Tienes un amorío con ese sujeto de allí. ¡No lo niegues!

No aguantó más.

—¡Tengo que trabajar y hacerme cargo de ti y tu trasero perezoso: lavar tu ropa, preparar tu comida, limpiar la casa y calentar tu baño! ¿Y te atreves a decir que soy una mujerzuela? ¡Simplemente no puedes, maldita sea! —jaló mas sus cabellos por la rabia contenida, haciendo que Kirishima soltara quejidos de dolor.

—¡Es cierto! ¡Dijo que te había hecho gritar!

—¡Es un karaoke, imbécil! 

Como un ratón corriendo en su rueda, Kirishima uso la máxima capacidad de su cerebro para hacer encajar todo dentro de su cabeza.

—Pero...—no salió nada de su boca. De apoco todo se iba conectando. Entonces porque...

—Evitaré que tu cerebro se sobrecaliente: el idiota de allí es un cliente algo... fastidioso. He tenido que venir todos los días ya que falta una de mis empleadas en el local, ¿Acaso jamás me escuchas? Te lo dije hace varios capítulos atrás.

Abrazó con fuerza a Bakugou, levantándolo. Por la impresión, se aferró con sus brazos y piernas al cuerpo de su novio. Estuvo a punto de gritarle otra vez, pero sus palabras murieron en un beso profundo y demandante. Intentó, (o al menos él lo jura hasta el día de hoy) resistirse, pero había pasado tantas semanas que no recibía una caricia en sus labios. Y todo su enojo se desvaneció en un abrir y cerrar de ojos.

Por el contrario, Kirishima soltó un quejido de gusto al notar que el cuerpo del rubio se volvía laxo y manejable tras cada caricia de sus manos.

Completamente manipulable y completamente suyo. 

Se separo de él un segundo para encargarse de patear el peso muerto hacia fuera de la habitación y cerrar la puerta con seguro. Katsuki notó el vibrar de su celular y lo sacó del bolsillo de su pantalón con un interesante mensaje. Sonrió maliciosamente al notar la mirada hambrienta de su amante y mordió sus labios, tentándolo. Otra vez sus cuerpos volvieron a unirse, desesperados el uno del otro.

—¿No estás molesto por golpear a ese idiota?—gruño posesivo mientras repartía mordida sobre la sensible piel de su cuello. Y Bakugou simplemente se dejó hacer.

—De hecho, eso fue muy masculino—susurró en su oído. Sosprendido, el pelirrojo enfrentó la mirada rojiza del rubio, notando un extraño y conocido brillo de lujuria—me siento un poco excitado.

Provocó un fuerte sonrojo en Kirishima por sus palabras que hizo querer apretar al rubio en un fuerte abrazo.

—¡Katsuki, eres el mejor!

—¡Maldita sea, supongo que no se puede evitar!

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Tantas lunas! No mucho que decir, simplemente diré que no planeo dejar botado ningunos de los proyectos que tengo actualmente así que les agradezco infinitamente su paciencia de todo corazón.


Villain BakugouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora