Capítulo 5

1.3K 184 30
                                    

— Lo siento mucho, señor Bakugou.— se disculpó el facultativo médico.— pero no hay nada que podamos hacer. 

Mientras escuchaba aquellas palabras, el rubio cenizo miraba con la cabeza agacha sus dos manos. Su rostro no tenía ninguna expresión en particular, y en su mente las palabras resonaban en su cabeza dando vueltas una y otra vez. 

Todo lo que había construido se había ido a la mierda en un abrir y cerrar de ojos. 

///

Kirishima estaba feliz por el rubio. Finalmente, luego de un año de aquel incidente, había decidido iniciar un proyecto de negocio con la ayuda de Midoriya. 

Podría esforzarse en tratar de entender un poco a su novio, pero sabía que era imposible. ¿Cómo puedes entender algo tan doloroso como perder todo por lo que has trabajado tan duro durante toda tu vida? Recordaba aquellos momentos en donde asistían a la academia Yuei: Su salvaje personalidad, su imponente presencia ante el mundo, sus sueños de convertirse en un héroe tan fuerte que jamás sería derrotado.  

Todo esto se deshizo como un último delicioso chocolate amargo en la boca. 

Y lo que sí podía entender era lo que le hacía bien. E iniciar un nuevo proyecto en su vida era algo que sanaría el alma del rubio cenizo. Era algo que al menos quería creer.

Kirishima terminó de acomodar su ropa y salió en dirección a la cocina a buscar su desayuno. Vio al rubio calmado, preparando un perfecto desayuno continental para él. Le besó la mejilla de Katsuki como todas las mañanas y paso a sentarse en la pequeña mesa redonda de la cocina. Era el único momento en el que lo veía concentrado y sin fruncir el ceño. 

Adoraba verlo cocinar. 

///

— ¡Ya me voy!

— Bien, vete. 

Lucía como un cachorrito recién pateado. Estiró sus labios para recibir un beso de despedida de su amante, pero todo lo que recibió fue un portazo. Caminó sonriente a la agencia donde trabajaba. 

Ya conseguiría su beso de despedida, como los recién casados. 

Del otro lado de la puerta, un sonrojado rubio cenizo hasta las orejas se quitaba el delantal de cocina con furia mientras escupía feroces insultos.  

///

Ya con todo listo en casa, partiría a su nuevo "proyecto", como así lo llamaba el pelirrojo con sonrisa de tiburón. Aún con un edificio ya remodelado, el rubio perfeccionista trabajo duro durante dos semanas completas en pequeños detalles que le hicieron poner los pelos de punta:

Una pequeña mancha de humedad en el baño (que implicó remover todo el sistema de alcantarillado para descubrir la fuga de agua), manchas de grasa en una de las freidoras, viejos sillones que fueron reemplazados por completo por unos mas cómodos y modernos.

Como era de esperarse, Bakugou no levantó sospechas.

Después de todo, quien había corrido con todos los "gastos", no había sido ni nada mas ni menos que el héroe número uno en el ranking, Deku. 

Villain BakugouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora