Capítulo 9

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— Touya, Shouto.— llamó con una voz autoritaria su padre.— no me interesa quien, pero necesito que uno de ustedes venga conmigo.

Ambos niños miraron al imponente pelirrojo con asombro.

— ¡Yo iré papá!— respondió enérgico el pelirrojo mas pequeño.— Soy el hermano mayor.

El mayor tomó de la mano y lo arrastró con él para alejarse a su ahora nuevo hogar.

— ¡Espera Touya-ni, espera!— gritó el pequeño bicolor.

///

— Uhm, Todoroki-kun. ¿Estás seguro de esto?

— Por supuesto que si.— sonrió relajado.

Shouto prácticamente huyó de la agencia de su padre para trabajar temporalmente con el héroe Deku. ¿La razón? Su hermano Touya había desaparecido y el bicolor tenía bien claro quien era el culpable.

Aun con la separación de la pareja, Enji Todoroki siguió con su objetivo de tener la descendencia perfecta para ganar a su eterno rival, All might. Tomó al mayor de sus hijos y lo entrenó sin descanso y sin ningún tipo de consideración.

"Lo rompí, Shouto", fue lo único que le dijo cuando se enteró de que su hermano ya no era capaz de salir de su cuarto. Con sus llamas azules, espantaba a todo aquel que intentará sacarlo a la fuerza. El mismo Enji reconoció después que había sido superado por su propio hijo. Intentaron de todo para hacerlo salir, pero incluso suspendiendo la alimentación, Touya prefería mil veces morir de inanición antes que respirar aire fresco.

Terminaron dándose por vencido, y con ello pasaron los años.

Y un día repentinamente desapareció.

Sus hermanos levantaron la denuncia de persona desaparecida. Shouto le recriminó a su padre.

"Ya es un adulto, sabe lo que hace"

Pero las cosas no eran tan fáciles para el bicolor. Su madre, muriendo de la preocupación en casa, sus hermanos participando activamente en la búsqueda de Touya por toda la ciudad, y Enji haciendo absolutamente nada hizo que su sangre hirviera y amenazó a su padre donde mas le dolía.

Hasta que no apareciera Touya, Shouto no trabajaría en su agencia.

— Me alegra trabajar contigo, aunque sea temporal.

— Lo mismo digo. 

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Himiko odiaba las labores de cocina y Touya le daba pánico atender a los clientes así que se complementaron bien en los quehaceres del local. Aunque no estuviera de acuerdo al principio, Bakugou ya no oyó quejas de la rubia así que se quedo tranquilo.

Caminó hasta la agencia de su amigo de la infancia que quedaba a pocas cuadras del karaoke. Para justificar el dinero invertido en el negocio, debía visitar con frecuencia a Deku y realizar depósitos constantes en su cuenta bancaria.

Además, hace días que no veía al malagradecido ese.

Entro como pedro por su casa hasta la oficina. Había estado tantas veces allí que ya los guardias y la recepcionista no hacían el intento de detenerlo, sabiendo el escándalo que montaría si alguien osaba hacerlo.

— ¡Bakugou! Que bueno verte.— sonrió alegre el bicolor.— no te había visto desde....

— Cállate, bastardo mitad-mitad.— Bakugou pensaba que le había faltado en su infancia un buen trauma para borrarle esa boba sonrisa que tenía en la cara.

Como una quemadura en el rostro, por ejemplo.

— Estoy buscando al inútil.

— Acaba de ir al baño, pero estaremos a punto de salir a almorzar. ¿Te nos unes?

— Tsk.— tenía que hablar un asunto con el peliverte, y tener al maldito revoloteando por ahí como el pedazo de mierda que era no le hacía ninguna puta gracia.

Con la información obtenida del día anterior, y de una manera que muchos considerarían "poco tradicional" (porque para Katsuki estaba justificado torturar hasta la muerte a un sujeto si con ello salvaba a Eijiro de salir lastimado), podría prevenir un considerable ataque de terrorismo a una zona residencial cercana y la muerte de varios héroes.

Izuku y Katsuki eran simplemente la cara de una misma moneda. En el caso hipotético de tener un tren a toda velocidad sin posibilidad de detenerlo, y teniendo como única opción jalar una palanca para salvar a 1 persona, o no jalarla y matar a 5, las respuestas variaban entre ellos.

Priorizando el bien mayor, Katsuki jalaría la palanca. Mientra que Izuku, con su mentalidad de querer salvar a todos, no sería capaz de accionar el sistema.

Y aunque no quisieran admitirlo, los dos se complementaban ahora mejor que nunca, siendo Midoriya el símbolo de la paz y manteniendo a la ciudadanía tranquila, y Katsuki siendo un símbolo de terror en el bajo mundo, capaz de deshacerse de la basura que el peliverde no era capaz de alcanzar.

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Yo no podría accionar el sistema. ¿Que harían ustedes?

Villain BakugouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora