La pelirroja abrió la puerta, causando que el rubio se sobresalte.
—Lo siento, toqué como doce veces —habló notablemente irritada por la tardanza del mafioso. Ya habían convivido más de tres semanas, causando en ella sentimientos encontrados. Él se encerraba en su habitación inquieto y no le permitía entrar al cuarto, ni siquiera para limpiar. El TOC de aquella pelirroja había salido a flor de piel, echando al rubio del cuarto y limpiándolo; dicha acción, causó una gran discusión en esa casa. En pocas palabras: Niffty y Ángel no se llevaban bien.
—Está bien —él volvió su mirada al libro.
—Está el almuerzo servido —los momentos en donde el castaño salía a trabajar y ese par se quedaban solos en la casa era lo peor. Era una guerra.
—No voy a comer —sentenció. Ella contuvo su furia y suspiró.
—La próxima, dímelo antes de cocinar —habló firme y salió de la habitación.
El rubio se encontraba perdido en sus pensamientos, el castaño hablaba de temas triviales y en ningún momento de a quién mataría y eso lo inquietaba.
—¡Alastor! —se escuchó un grito en la sala. Él dio un brinco y salió, bajando las escaleras y miró al hombre que llevaba una figura masculina arrastrada. —Oh, Dios —Ángel parpadeó. Entendía la sorpresa de ella al ver aquel cuerpo, ella no sabía nada de los atroces actos de Alastor —¡ten cuidado que no despierte! —el rubio parpadeó y miró a la joven que tiró por las escaleras del sótanos a aquel cuerpo noqueado. —¡Debiste tener cuidado! —habló frunciendo el ceño la joven.
—Lo lamento, Niffty —habló el castaño. Y ahí conoció a la otra persona de esa pandilla: Niffty, la encargada de limpiar la casa, la sangre y las huellas. —No seré imprudente la próxima vez —el castaño miró al rubio y le hizo una seña, sin desacatar el mafioso bajó las escaleras junto al de lentes.
—¿Quién es? —habló con cuidado el rubio.
—Es un regalo —susurró riendo el contrario. Al ver al noqueado, el castaño lo dejó en una silla, atándolo con fuerza. El rubio miró a los lados hasta que vio un frasco con un líquido y un ojo.
—¿Qué es eso? —susurró señalándolo. Y ahí cayó en cuenta: a Vaggie le faltaba un ojo. Miró con desprecio al castaño que se había encogido de hombros irónico.
—Bien —miró al cuerpo que se movía frenéticamente. —¿Listo? —Ángel asintió. El hombre le quitó la bolsa, dejando ver a un hombre algo moreno y un abrigo carísimo rojo. El rubio paledeció y retrocedió. —¡Sorpresa!
—Oh, Dios mío... —susurró el hombre menor.
—¡Maldita sea! ¡¿Quién te crees que er——al ver al rubio, sonrió sádico y levantó una ceja —¿Ángel?
—V-Valentino —tartamudeó el rubio y miró al castaño. —¡¿Qué quieres que haga?!
—¿No es obvio? Incluso yo te lo dije en la visita, que lo vas a matar —levantó las cejas y se colocó detrás del rubio, abrazándolo de los hombros. —Hazlo, Ángel, ¿no es lo que deseas?
—Estoy muerto —susurró el rubio pensando en todo lo que pasaría después de esto.
—Es verdad —el castaño se separó y masajeó sus hombros. —Lo estás, por ende, nadie va a creer que tú lo mataste —agarró la mano izquierda del rubio y la elevó. —¿En qué eres más hábil? ¿Cuchillo o pistola? —el rubio se giró y lo empujó.
—¡No jugaré a tus estupideces! —gritó.
—Es lo que esperaba —habló finalmente Valentino —no se atreve a hacerlo, te acostumbrarás, Alastor, es fácil arruinarlo —soltó una risa y chasqueó la lengua, burlón. —Suéltame, Dust, prometo que tu castigo no será tan~ doloroso.
—Te está faltando el respeto —insinuó el castaño y le entregó una pistola en la mano. —¿Qué harás?
—Obviamente no hará nada, no le conviene. Cualquier idiota sabe que no debe meterse conmigo, ¿a qué no, Ángel? —el castaño sonrió lascivo.
—Por favor, Spider Butcher, ¿dejarás que siga burlándose de lo que eres capaz? —cuestionó en el oído ajeno.
—¡¿De lo que es capaz?! —rió a carcajadas —¡no es capaz de nada! Es un inútil. Es solo una puta. Una asquerosa puta —miró con burla al rubio. El menor apretó la pistola en su mano. —Alastor, hubiera contratado a alguien mejor, no a un cobarde —miró retador.
—Spider Butcher.
—Ángel, todos sabemos quién eres, ¡Eres Ángel Dust! Una simple estrella porno que se entrega a cualquiera. No nos engañemos, ¿entiendes, Alastor? Por favor... Ángel no es cap——el rubio lo apuntó, sintiendo las lágrimas bajar.
—¡Ángel Dust está muerto! ¡Soy Spider Butcher, el verdadero valiente, perra! —gritó y disparó dos veces. No parpadeó. Observó cómo de los agujeros, descendía varios hilos de sangre. El castaño agrandó su sonrisa y rió.
—Bien —palmeó su espalda y el rubio reaccionó, retrocedió.
—¡Oh, Dios! ¿Qué mierda hice? —tiró el arma y tiró de sus cabellos. —¡Me van a matar literalmente sus hombres, estoy frito! —sollozó. —¡Lo maté! —el castaño rodó los ojos y llamó a Niffty, que bajó las escaleras y empezó a limpiar la pared. —¡Lo maté! —cayó al suelo y se puso en posición fetal, llorando y murmurando que lo mató. Se había vuelto loco. El castaño lo miró con desdén y extendió su mano. El rubio lo miró y lo golpeó —¡no me toques! ¡TODO ESTO ES TU CULPA!
—¡¿Y QUÉ SI LO ES?! —gritó esta vez Alastor, sin su sonrisa. Niffty dio un salto y se giró, mirando a su “dueño”. —¡TAMPOCO TE DEBE IMPORTAR SI LO ES! ¡ACEPTASTE TRABAJAR PARA MÍ, ¿ENTIENDES?! —rió —igualmente no tenías otra opción pero... —miró al rubio que temblaba. —... Si tanto quieres echarme la culpa: lárgate... —silencio —... ¡LÁRGATE! ¡SIN MÍ NO ERES NADA! Si no... Demuéstralo —sonrió y le extendió nuevamente la mano al rubio. Este dudó pero agarró su mano, parándose con su ayuda. —Recuerda: debajo de tu cama está una pistola, para cuando te canses del trabajo —insinuó. El rubio tragó saliva y tembló nuevamente.
...
La sangre bajó por la cabeza de aquel hombre robusto. La rubia gordita miró a la pelirroja que tenía un fierro en sus manos.
—Niffty —retrocedió la muchacha mirando a la pelirroja. —Lo mataste —la sirvienta la miró.
—Te iba a matar —sollozó y soltó el fierro, acarcándose a la rubia. —¡Te iba a hacer daño! —chilló, dejando escapar las lágrimas. —Yo solo quería protegerte... —sollozó nuevamente. La rubia suspiró y la abrazó con fuerza.
—Calma, Niffty, lo hiciste bien —la puerta de la casa fue abierta por el castaño.
—¡¿Qué pasó aquí?! —preguntó preocupado el hombre mirando al par de mujeres.
—Solo... —miró el cadáver del hombre —... Un accidente —excusó la rubia y apegó a sí a la menor.
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In The Other Line | Chalastor [Human Au]
Fanfiction⚠Charlie y Alastor son humanos. Alastor tiene su radio, se sentía excelente consigo mismo. Cuando de repente los asesinatos comenzaron a ocurrir y el interés a una joven empezó a surgir.