ᴛᴇɴ

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Al día siguiente, JungKook despertó con los mejores ánimos del mundo, se sentía como nuevo, feliz, dichoso, alegre y quería gritarlo al mundo.

Claro que para ello primero debía bañarse, vestirse bien sexy, perfumarse y después desayunar.

Hizo todo aquello en el mismo orden, pero, cuando bajó hacia la cocina casi pega un grito de incredulidad al ver al amor de su vida, moviéndose en su cocina de un lado a otro como si ese siempre había sido su lugar.

Aún tenía la pijama puesta, además de un delantal rosa que le pertenecía a su madre, se movía con tanta agilidad mientras preparaba un desayuno que parecía ser hecho para 50 personas. Era simplemente adorable, y JungKook quería llorar de alegría y orgullo al ver a su futuro esposo cocinar para él.

Con sigilo se acercó al mayor y delicadamente posó sus manos en la cintura, haciendo que el bonito muchacho brincara del susto.

Cuando éste se giró y lo vio sonriendo con esa sonrisa de conejo, lo golpeó en la frente.

— ¡Auch! -Se quejó acariciando la zona afectada. — ¿Por qué hiciste eso, Jinnie?

Un enorme puchero se formó en sus labios y eso le sacó una sonrisa al cocinero, que hizo un gesto con sus manos diciendo: "Buenos días".

Buen día, cariño. -Respondió al saludo con un beso en la mejilla del niño. —Eso que preparas se ve delicioso, iré a poner la mesa.

Dicho eso; se fue con esa enorme sonrisa a preparar la mesa donde por primera vez comerían juntos en su casa, como una feliz pareja de casados. JungKook suspiró enamorado y anheló con más fervor que ese sueño se hiciera realidad.



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Cuando ya todo estaba listo, los dos jóvenes degustaban de su comida; felices de la vida.

JungKook no despegaba su mirada del mayor que se veía tan tierno con sus mejillas llenas de comida, le sorprendió saber que comía bastante así como él. Por lo que agradeció el tener un enorme estómago así como su Jinnie. Sin duda eran almas gemelas.

Al término del desayuno y de lavar los platos y utensilios. Jin se fue a bañar, dejando al castaño con los deseos de espiarlo, pero no, cuando sean novios él tendría todo el derecho de recorrer ese cuerpo con su lengua. De eso estaba seguro.

Cuando Jin volvió, limpio y tan hermoso como siempre, se dispusieron a platicar.

—"¿C-ó-m-o  t-e  s-i-e-n-t-e-s?" -Preguntó con interés.

Ufff muchísimo mejor, ya ni parece como si hubiese estado enfermo. -Dijo muy feliz. —Definitivamente la señora Kim sabe lo que hace.

Jin sonrió al estar de acuerdo. —"M-e  a-le-g-r-a  v-e-r-t-e  m-e-j-o-r"

Y yo me alegro de tenerte aquí, Jinnie. Sin ti, definitivamente no estaría tan tranquilo, si no que me estaría lamentando por mi mala suerte y con una enorme fiebre. Gracias por cuidarme. -Dijo en tono cariñoso mientras acariciaba la barbilla del chico.

Jin se sonrojó y asintió, para él también había sido lindo cuidar del menor, además, aún recuerda el beso que le robó mientras dormía, se sentía un aprovechado.

—"D-e-b-o  i-r-m-e" -Se puso de pie.

Espera yo... -De repente toda la confianza había desaparecido y se puso muy nervioso. —Q-quiero invitarte a salir... Y-ya sabes... C-como agradecimiento por cuidar de mí.

El mayor se sorprendió pero a la vez volvió a asentir con una bonita sonrisa. Tomó sus cosas y después se acercó al más alto, depositó un pequeño beso en su mejilla y se despidió.

La expresión de Jungshook en el rostro del castañono tenía precio. 

↬ᴇʟ ꜱᴏɴɪᴅᴏ ᴅᴇʟ ᴀᴍᴏʀ♥ [ᴋᴏᴏᴋᴊɪɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora