𝖒𝖎𝖓𝖌𝖎 𝖗𝖊𝖆𝖈𝖙𝖎𝖔𝖓𝖘

❝breakdown❞

llorabas desconsolada tirada en el piso de tu habitación.

—no puedo más con esto mingi, no puedo—. le repetias una vez más.

—está bien sentirse así pero no creo que ésto sea lo mejor—. mingi estaba agachado hasta tu altura intentando separarte del agarre a tus piernas.

—¡es que no lo entiendes!—. gritaste separandote de golpe y mirándole a los ojos—. cada vez que me veo en el espejo... cada vez que me acuesto a tu lado, cada vez que pienso no puedo dejar de evitar querer lastimarme.

—jagi por favor no digas eso.

—no puedo amarte mingi, sólo estoy destruyendo lo nuestro, soy una inútil, me la paso viviendo con estos pensamientos constantes—. intentaste tomar aire, tus lloriqueos sumados a tus intentos de finalizar una oración te robaban aire, sentías tu cuerpo comprimirse después de cada intento forzado de tomar aire—. estoy mal—. apretaste tus ojos con fuerza y sentiste cómo tu novio te abrazaba.

en los últimos meses tu inseguridad había crecido, sumando tu falta de autoestima y poco amor propio te habían arrastrado a un hoyo al cual no querías meter a mingi. ¿soportar una chica depresiva y con ansiedad? seguro era lo último que creías pasaba por la mente de mingi.

el poco amor que te tenías te hacía creer que aquel lindo chico era imposible de quererte junto a él, si ni tú lo hacías era improbable que él lo hiciera. sabías que no estabas bien, la mayor parte de tu vida no lo habías estado.

—bebé—. susurró mingi mientras acariciaba tu espalda, apretaste sus hombros con fuerza intentando retener tus gritos de llanto—. por favor descansa y mañana hablamos.

—ya tomé una decisión.

mingi se separó de ti y tomó tu rostro entre sus manos—. por favor chaeyoung, estaré aquí para ti, siempre.

—mingi tu carrera es muy estresante, no necesitas un estrés más.

—para mi tú no eres un estrés, cariño yo te amo, siempre estaré para ti.

—pero yo no para ti mingi—. volviste a tapar tu rostro seguramente hinchado y rojo.

—no me importa, no me importa si no estás estable, no quiero que pases por esto sola.

—mingi, me odio—. seguías llorando con fuerza, sentiste cómo tomó tus brazos.

—¿pero por qué? jagi eres talentosa, eres una hermosa persona, por favor no digas eso.

—sólo vete mingi.

y lo último que escuchaste de su parte fue cómo cerraba la puerta.