Capítulo V: Pregunta

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Al día siguiente, me desperté y empecé a alistarme para dirigirme a la oficina. Trataba de no pensar en lo que pasó anoche. Ya me había mentalizado para que, si él no me llamase más, no me chocara. De todas formas, ¿por qué le tendría que dar tanta importancia?

Los días pasaron muy rápidos, y ya me empezaba a adaptar a las actividades de la empresa.

- Hola, yo soy Eddie, y desde ahora te voy a acompañar para asesorarte en las funciones que te corresponden. Espero que nos llevemos bien.

- Hola, yo soy Ángela. Mucho gusto.

- Veo que no eres de hablar mucho.

- En realidad no, soy algo tímida.

- Eso dices ahora.

- Ja... Bueno, tienes razón. Soy un tanto diferente cuando entro en confianza.

- ¡Lo sabía! - dijo emocionado - Vas a ver que nos volveremos cercanos.

- Ya lo creo.

- Bueno, demos un recorrido a la empresa.

Así se pasaron un par de horas, y él mantenía la conversación fluida. Como dije, yo no era de hablar mucho, más era quien escuchaba. Me contó varias cositas, de su familia, de su lugar de origen, y del anime como su hobbie. En primaria ganó varios concursos de matemáticas, y en secundaria también, y destacaba en física y química (cursos que a mí aun me chocan). Sonaba como un hombre exitoso, y me pareció curioso que alguien como él vea anime. Yo lo veo, sí, pero quizá no llegue a tener tantos reconocimientos como él.

- Este será tu oficina - me señaló al abrir la puerta. Era un espacio amplio, con lunas transparentes que permitían ver a la ciudad. Bienvenida de nuevo.

- Gracias - respondí amablemente. Fue divertido el recorrido.

- No será la última vez - indicó con una leve sonrisa en el rostro, y se dirigió a la puerta - Nos vemos más tarde.

- Byessss... - respondí 

Y se fue.

Y ahí, estaba yo, con metas temporales, muchas ideas en la cabeza, muchas dudas, y un corazón confundido. "¿Cuánto tiempo pasó desde la última vez?" pensé, al recordar la última relación en la que estuve, tan breve, pero de alguna manera especial. "Qué será de él" dije en voz alta tras darme un golpe en la cabeza. Estos no son momentos en los cuales pensar en ese tipo de cosas, estás en el trabajo, reaccionaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa...

Me di cuenta que aun seguía de pie, admirando la oficina. El escritorio era muy elegante para ser solo un escritorio, al igual que el sillón, las macetas y el equipo de sonido. Todo se veía tan sensual para ser simples objetos. Quizá mi emoción radicaba en que yo jamás los tuve. 

"Honra y aprecia lo que tienes ahora" - me decía - lo que tuviste alguna vez, ahora ya no está, y lo que tendrás en un futuro, tampoco lo sabes bien ni lo tienes asegurado. Aprecia y valora lo de ahora... pues mañana podría desaparecer.... Pues mañana... quizá simplemente ya no esté.

Gritos silenciososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora