Capítulo 25: Celos un arma de doble filo.

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Una hora más tarde, Ron y Harry tuvieron que dejar la sala común a regañadientes, para poder ir a la clase de Defensas Contras las Artes Oscuras, que se impartía en cuatro pisos más abajo. Se encontraron ahí a Hermione y Emma, mientras veían que Daniel venia desde el otro pasillo, esté parecía más relajado que las otras dos.

--- ¡Nos dejaron demasiados deberes en Ruinas Antiguas! --- dijo malhumorada Emma, mirando a sus dos hermanos, mientras se cruzaba de brazos --- para empezar un ensayo, aparte de dos traducciones...

--- Sin contar todo lo que tenemos que leer --- la interrumpió Hermione mostrando unos libros --- y todo lo quiere para el miércoles, va a ser una tortura.

--- Pues miren, a mí me fue todo lo contrario --- dijo Daniel con una sonrisa a todos --- Hagrid solo me tiene a mi como alumno (debieron de ver lo triste que estaba por ello); pero bueno nos pusimos a tomar el té mientras hablábamos de algunas creaturas de origen dudoso y luego fuimos a alimentar al hipogrifo. ¡Me dijo que en la otra clase me dejaría montarlo!

--- No te acomodes Daniel, porque te apuesto lo que quieras a que Snape nos amontonara con demasiados deberes --- le dijo Harry a su hermano suspirando, mientras esté se encogía de hombros.

La puerta del aula se abrió, mientras hablaban y Snape salió al corredor, con lo que era su habitual cara cetrina enmarcada, por lo que eran dos cortinas de grasiento pelo negro. Lo que provocó un silencio sepulcral entre todos los alumnos.

Emma que no sentía ninguna aberración hacia el profesor (al contrario de sus hermanos), no vio de malo darle una sonrisa, pero vio prácticamente como el profesor la ignoraba, lo cual se le hizo raro, ya que Snape por lo general le daba un asentimiento de saludo cortes. ¿Su trato iba cambiar ahora que su apellido había sido remplazado por Potter?

--- No les he pedido que saquen sus libros --- demando el profesor, cerrando las puertas, Emma y Hermione volvieron a meter sus libros en las mochilas --- voy a hablarles, y requiero de su completa atención.

Los ojos negros del profesor Snape, observaban lo que eran las caras de todos sus alumnos, demorándose una fracción de segundo más en lo que eran los tres Potter. Daniel no tuvo miedo en devolverle la mirada, al igual que Harry, mientras Emma trataba en vano de volver a sonreírle, para quitar sus dudas, al final de cuentas a diferencia de sus hermanos a ella si le habían gustado antes las clases de Pociones del profesor Snape.

--- Hasta ahora, han tenido a cinco profesores en estas clases...

--- ¿En verdad? --- pregunto asombrado Daniel a Emma, quien asintió --- vaya lio.

"Espero que sea el siguiente" pensó Harry, mientras dejaba entrar a Emma y Daniel en su mente.

"Sí me preguntas a mí, también yo" le dijo Daniel con una risa maliciosa y silenciosa, mientras sentían como Emma se enojaba.

"Solo vengo aquí, para recordarles que el profesor Snape, sabe legeremancía" les dijo molesta, ambos hermanos se miraron esperando que Snape no hubiera entrado en la mente de ellos en esos momentos.

Volvieron a prestar atención, escuchando como el profesor empezaba su charlatanería como de que se asombraba que tantos alumnos hubieran pasado sus TIMOS, pero que de igual forma dudaba que varios de los presentes alcanzaran los EXTASIS, pues según él casi nadie en esa habitación estaban realmente capacitados, para aquellos exámenes.

Mientras decía todo ello, estaba caminando por los pasillos hasta el final del aula, hablando cada vez más bajo y haciendo que sus alumnos estiraran los cuellos para poder seguir observándolo.

2 Harry y Ginny: La profecía de los PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora