2 Harry y Ginny: La profecía de los Potter

Capítulo 20: Necesito tú consejo Sirius

En cuanto los tres regresaron a Sortilegios Weasley, recibieron no solo los regaños y reprimendas de la señora Weasley, sino que Harry tuvo que escuchar las quejas de Joanna, mientras le decía que la tenía con el alma en un hilo, haciendo sentir a Harry una calidez que nunca había sentido antes.

Harry se acercó a Ginny, para ver que ella no estuviera molesta, pero su novia en lugar de regañarle (como sí lo hizo Emma), le tomo la mano apretándosela en silencio, sin necesidad de palabras, él entendio que Ginny lo apoyaba estuviera o no de acuerdo con su escapada, no le iba a recriminar nada y eso le entusiasmo más que cualquier otra cosa que le pudiera haber pasado.

Se fueron a la madriguera un rato después, todos juntos incluyendo Joanna, Canutó Sahara y Luna, sacando malas miradas del chofer al ver como tres personas más se sumaban a las filas. Todos se sentaron en la sala del recibidor, mientras la señora Weasley se paraba para poder ir a servir de comer.

--- Déjame ayudarte Molly --- se ofreció Joanna con una sonrisa amable siguiendo a la señora Weasley a la cocina.

Emma y Ginny empezaron hablar sobre el Quidditch y la selección para el equipo de Griffyndor del siguiente año, mientras que Hermione hablaba con Luna y Daniel sobre creaturas nuevas (Hermione a hacerles ver que eran todas fantasías de ambos), Ron estaba a su lado sin saber a quién irles, pues, aunque sabía que los otros dos estaban locos, eran muy convincentes a la hora de hablar de todo ello. Sahara mientras se había aventado con Fleur Delacour una conversación en un francés prácticamente perfecto asombrado a la francesa, sobre todo porque Daniel también intervenía habeses en francés, para desmentir o aclarar algo de su prima.

--- No sabía que hablabas francés --- le dijo Ron de repente mirándolo asombrado.

--- Eh Ron... ¿sabes que viví en Francia por varios años verdad? --- le pregunto divertido en ingles levantando su ceja, su amigo asintió --- ¿Qué demonios piensas que hablaba yo ahí?, ¿chino o qué?

Todos se rieron por ese comentario, haciendo que las orejas de Ron se volvieran rojas de la vergüenza, para mirar a otro lado. Harry se acercó a Sirius, quien estaba con el señor Weasley y Bill hablando de diversas cosas.

--- Sirius --- le llamo en un susurro, él volteó a verlo con una sonrisa animada --- ¿crees que podamos hablar en privado?

--- Claro --- le dijo parándose para ir con su ahijado a la salida de la casa.

En el jardín, caminaron cerca de donde se encontraba el gallinero, ese lugar donde Ginny y él habían pasado un rato hace unos días, tenía bonitos recuerdos, además estaban cerca del huerto de la familia Weasley, donde jugaban Quidditch casi a diario.

Sirius espero a que Harry dijera algo, pero su ahijado se veía las manos y parecía realmente nervioso, eso le dejo pensativo y preocupado por lo que él tuviera que decirle, pensando en lo peor de la situación.

--- ¿Qué paso Harry?, ¿Qué es lo que te preocupa? --- le dijo con cautela, mientras lo veía ponerse rojo de la vergüenza, Sirius ahora curioso, sonrió un poco --- vamos Harry... no podemos quedarnos aquí todo el día.

--- No, ya sé... pero es algo... es algo vergonzoso --- le dijo mirando para otro lado, Sirius levanto la ceja confundido --- se trata... es con respecto... bueno veras... tiene que ver con...

--- Voy a apostar a mi instinto, pero me arriesgare diciendo que todo esto va en torno a Ginny, ¿o me equivoco? --- Harry lo miro asombrado, pero negó, mientras Sirius aguantaba una risotada.

--- No... no te equivocas lo que pasa es...

--- No me digas que tienen problemas --- le dijo Sirius cruzándose de brazos --- después de semejante regalo que le diste hace rato, pensé que las cosas iban muy bien.