Llegue hace exactamente un año, cuando mis padres decidieron regresar, fue entonces que lo conocí a él, Lee Jin Ki".
Cada día tenía la desgracia y fortuna de poder observarlo. Siempre tan encantador y especial, de una forma tan espectacular de mirar a las personas. Todas las clases eran para él las cosas fáciles, cada maestro lo alagaba.
"Las manos talentosas" era, según mi profesora de música, un buen apodo para mí. Me consideraba un gran talento gracias a mi habilidad con el violín.
Para mí el violín era lo más parecido a él, cuando me acercaba a mi violín y lo colocaba en mi hombro, podía sentir que era él. Por alguna extraña razón nunca he podido dejar de verlo. Sé que es una referencia muy rara, pero entonces tendría que explicar que tan profundo es mi amor por el instrumento que toco.
Era un viernes, aquel día cuando me quede después de clases.
—Por favor —le suplicaba a la profesora.
—Sabes que no necesitas pedirlo, Vicky—me respondió con una sonrisa.
—Bueno...—dije apenada— es que no estoy acostumbrada a quedarme sin permiso.
—Bien —me sonrío— tomate todo el tiempo que desees.
—Gracias, profesora —hice una reverencia.
—No pasa nada. Ahora me iré
—Sí.
La escuela estaba quedándose vacía. Acomode mi violín en la mesa principal, lo saque y arregle, luego lo coloque en mi hombro, lo afine como era mi costumbre y empecé a tocar.
Cada melodía que tocaba era triste porque nunca he aprendido a saber de una manera correcta cual es la felicidad.
| Lee Jin Ki |
—Vamos, Onew. —Me llamo EunSung
—Ah...—la mire.
Esa melodía provenía de otro lugar y no era tan lejos, me atraía y era extraño, pues no era una melodía alegre si no una triste.
—Tengo unas cosas que hacer, te veo mañana.
—Ah —me miro EunSung— Hasta mañana. —me sonrió y se fue.
Camine en el pasillo para poder encontrar tal melodía, pero cuando creí estar cerca la perdía, regresaba y volvía a escucharla. Seguí caminado y tome diversas direcciones, pero me hallaba perdido. Fue entonces que empecé a buscar más impaciente la melodía, fue entonces que la escuche provenir de la sala de música.
Corrí hacia ella, la música se intensificaba con cada paso que daba hacia ella... me detuve enfrente de la puerta, tome la cerradura en mi mano y trate de controlar mi respiración. Podía escuchar el latir de mi corazón y la melodía, sentí como el cansancio desaparecía, pero la melodía continuaba.
La melodía acabo, mire hacia enfrente y sin pensarlo abrí, y entonces mire a aquella chica empezar de nuevo, pero era otra melodía, pero demostraba la misma tristeza.
Tenía los ojos cerrados mientras tocaba, se miraba tranquila. Era delgada, media como 10 centímetros menos que yo. Recuerdo haberla visto en varias clases. Me quede parado en la puerta, podía ver perfectamente como tocaba aquel violín. Aunque la melodía no era muy feliz, podía sentirme bien al escucharla. La mire y no cambio posición, movía sus dedos de una forma rápida...
Me sorprendí cuando pensé en acercarme a ella y besarla...
La música empezó a bajar de tono y una lágrima se le escapó de los ojos, termino la melodía y ella bajo la mirada, se limpió los ojos. Levanto la mirada y me miro entonces note su sorpresa y un sonrojo le cubrió rápidamente sus mejillas.