—Creo que sería mejor para usted.—dijo el doctor Jamie.
—Bueno, pero eso de quedarme en casa no me gusta —dije mientras empezaban a arderme los ojos de nuevo.
—Bueno, es solo por una semana, no sé bien y además puede contagiar a las personas cercanas.
—Bueno…—me rendí.Tuve que tomar un taxi para poder llegar a casa, tenía el cuerpo cortado, los ojos llorosos, la boca seca y mi energía y ganas estaban al cero.
—No te ves muy bien —me dijo Jin Ki cuando entro en el elevador.
— ¿De verdad?—pregunte sarcásticamente.
—Es enserio, se nota en toda tu cara.
—Estoy enferma
— ¿Fuiste sola al doctor?
—Sí, Sebastián tuvo que salir de viaje y Alinee fue con él para distraerse y yo tenía presentación así que tuve que quedarme.
—Eso es no es bueno.
—Tal vez no —se abrieron las puertas del elevador— pero ya estoy grande —me empuje con las manos para alejarme de una de las pareles del elevador y salir.
— Bueno, te voy a cuidar. —dijo mientras caminaba a mi lado.
—Está bien, puedo contagiarte —dije y entonces sentí mis piernas flexionarse y ser sostenida por unos brazos fuertes.
—Te dije que tengo buenas defensas.—suspire.
—Tamara pensara mal.
— ¿Por qué debería? —pregunto mientras me ayudaba a sostenerme.
—Porque sales con ella, seria… —sentí que me faltaba el aire—…extraño. —se rio— ¿Qué te causa tanta risa?
— ¿Desde cuándo no hablas con Tamara?
—Desde hace…—conté mentalmente— creo que desde hace un mes, tal vez.
—Bueno pues le gusta su Jefe —lo mire sorprendida— y estoy ayudándola a descubrir eso, pero es mi amiga, además igual salió de viaje de negocios.—sonreí apenada.
—Bueno…—camine hasta mi puerta puse el código, pero ninguna coincidía.
—56998 —dijo Jin Ki, lo mire.
— ¿Cómo lo sabes? —pregunte.
—Te vi ponerlo la otra vez.
— ¿Así?
—Si —sonrió.
—Tendré que cambiarlo —la coloque y la puerta se abrió pero entonces me volví a marear, maldita enfermedad y entonces todo quedo en negro.Regrese en mí y creo que apenas había pasado unos minutos porque Jin Ki me llevaba en brazos, levante los ojos hacia él lentamente y sonreí, se sentía cálido estar cerca de su pecho, cerré los ojos y me dormí.
— ¿Crees que pueda regresar en unos días? —Era la voz de Jin Ki— Bueno los chicos lo están haciendo bien—abrí los ojos despacio y lo mire de espaldas— Padre —dijo— Necesito regresar —se calló un poco— Está bien, dos meses más y ya. —colgó. —Cerré los ojos y sentí como quitaba algo de mi frente y escuche como caía agua.
Abrí los ojos de nuevo y lo mire sentado a mi lado y coloco un trapo humero en mi frente.
—Despertaste —dijo sonriendo.
—No deberías hacer est…—me interrumpió.
—No escucho —dijo mientras se tapaba los oídos, sonreí.
—Hasta que Sebastián llegue.
—Si —dijo sonriente— ¿Tienes hambre?
—Creo que debo hacer algo de comer —dije e intente incorporarme en la cama, pero el coloco sus manos en mis hombros y me volvió a acostar.
—Yo lo hare. —dijo muy cerca de mí que me perdí en sus ojos y algo en mí se alboroto. Asentí leve.—Bien —dijo y salió del cuarto.Suspire aliviada cuando la puerta se cerró e intente que el calor de mis mejillas bajara, sonreí ante aquello pero pronto me reprimí la sonrisa.
— ¿Desde cuándo cocinas? —le pregunte a Jin Ki cuando había terminando de comer.
—Desde siempre —sonrió— a mi madre le preocupaba mucho que me muriera de hambre cuando ya no viviera con ellos o que viviera de pura comida basura así que me enseño a cocinar.
—Oh! —Sonreí— eso es bueno.
—Si —se levanto de la silla— ¿Estas mejor?
—Si —sonreí— al parecer.
— ¿Quieres bañarte?
— ¿Huelo mal? —pregunte.
—Mucho —dijo riendo.
— ¡HEY!
—Toma un baño eso ayudara para que duermas mejor.
— ¿Qué hora es? —pregunté por fin.
—Las 11 pm
— ¡¿Las 11 pm?! Pero no hace más de dos horas que me levante.
—Cierto. —Sonrío— pero dormiste mucho —bostezo y entonces me sentí culpable de que estuviera desvelándose por mi culpa.
—Creo que será mejor que vayas a dormir —dije apenada— no quiero que por mi culpa estés cansado mañana.
—Bien —dijo sonriendo— Descansa.
—Si —y entonces salió de el cuarto y escuche la puerta de la entrada cerrarse después.