| Sebastián Wickham |
Esta arreglándome mejor dicho intentando arreglarme la corbata, pero nunca había hecho el nudo de una, las que usaba ya estaba hechas, salí de mi cuarto y toqué la puerta de EunSung.
—Pasé —dijo desde dentro y entre.
—Necesito ayuda —dije sonriendo, pero cuando la vi me quede callado.
— ¿Con qué? —pregunto mientras se volteaba para mirarme con una radiante sonrisa.Llevaba un vestido rojo que le quedaba perfecto a su cuerpo, llevaba el cabello ondulado y suelto a los costados, zapatillas negras, era una mujer realmente guapa pero no sabía porque estaba ahí mirándola como estúpido. Nunca me había tomado el tiempo de verla bien, pero ahora que lo hacía, me había llevado una gran sorpresa.
—Con la corbata —dije por fin.
— ¿No sabes hacer el nudo? —preguntó.
—No —volví a sonreír apenado— las corbatas que uso ya vienen hechas.
—Oh! —se acerco a mí y entonces pude oler su perfume, era exquisito. Levanto el cuello de mi camisa y le entregue la corbata— Mañana o al rato puedo enseñarle.
—Creo que sería buena idea —contesté mientras bajaba mi mirada a su rostro.
—Listo —me dijo levantando los ojos hacia los míos—perfecta —volvió a sonreírme, pero me perdí en sus ojos, en esos ojos color miel, ¿qué está pasando?
—Gracias —contesté y antes de que hiciera alguna estupidez, ella se alejo de mí y le agradecí.
—Sí —camino hasta el tocador y empezó a colocarse unos aretes.
—Iré a bajo, para ver si está listo el carro.
—Claro —se giro y me volvió a sonreír y por un segundo me imagine los suaves que debían estar sus labios.
—La espero abajo —dije y salí casi corriendo.— ¿Todo en orden, Sr? —me preguntó el mayordomo.
—Si —sonrío y me siente a esperarla, pero me siento inquieto, tomo mi teléfono y le llamo a Vicky, contesta al tercer tono.—Hola, Sr. Wickham —me saluda y sonrío porque sigue siendo cálida.
— ¿Cómo has estado? —pregunto nostálgico.
—Bien, ¿tú?
—Ahora que te escucho, bien. Pensé que ya estabas dormida.
—Son las 9, voy llegando a casa.
—Con cuidado —digo.
— ¿Paso algo malo?
—Nada
—Te escucho nostálgico.
—Es porque te extraño.
—También te extraño, pero intenta recuperar el ánimo hoy hay una fiesta, y debe impresionarlos, Sr. Wickham —me rio.
—Claro, Sra. Wickham.
—Te dije que no soy fácil de convencer —me dice con un toque de diversión.
—Ya veremos —digo sonriendo y entonces escucho los pasos de EunSung y al verle me sorprendo de nuevo y me sonrisa se apaga.
— ¿Pasa algo? —escuche la voz de Vicky.
—Ah, nada —vuelvo a sonreír— debemos irnos, te quiero.
—Te quiero —repite y cuelgo.— ¿Cómo se encuentra la Señorita Vicky? —pregunta EunSung cuando termina de bajar.
—De maravilla —respondo.
—Eso es bueno —dijo sonriendo— ¿Nos vamos? —preguntó y yo asentí.
—Vamos.| Kim Vicky |
Estábamos en mi departamento, acostados en el sofá y Onew me tenía abrazada.
—Debes ir a tu departamento —le digo, pero me envuelve un poco más.
—No me quiero mover —dijo como un niño pequeño al cual le van a quitar la cosa más preciada que tiene, sonrió.
—Debes ir a dormir, mañana tienes trabajo y yo presentación.
—Hoy no me voy a ir de aquí —dice y miro hacia arriba.
—Jin Ki.
—Onew —sonrío.
—Onew —lo veo sonreír— vamos a dormir a mi cuarto entonces.
—Me gusta tenerte así de cerca.
—Vas a levantarte todo adolorido.
—Pero habrá sido el mejor momento que he tenido.
—No me parece una buena idea.
—Está bien —cedió.Caminamos de la mano hasta mi dormitorio, nos acostamos y en cuanto nos acobijamos, Jin Ki volvió a atraerme hacia su pecho y me rodeo con sus brazos.