—No sé dónde vivas —dijo y pensaba decirle pero me interrumpió — y prefiero no saberlo, así que te llevaré a la casa de Sebastián —no reproche nada, él tenía razón.
Llegamos en completo silencio, me sentía débil y quería saber qué es lo que Jin Ki pensaba sobre este momento, y sobre nosotros.
—No te muevas —dijo y me di cuenta de que habíamos llegado, cuando abrió la puerta estaba colgando su celular.
Me volvió a tomar en brazos y cerró la puerta del auto, la puerta de la entrada se abrió y apareció Lidia.
—Buenas noches, Sr Lee
—Leida, ¿dónde está la habitación del Sr Wickham?—preguntó, mi rostro se ocultaba en el pecho de él.
—Subiendo las escaleras a la derecha el tercer cuarto —ingreso en la casa.
—Gracias, llevaré a la Señorita Kim hasta ahí, no llames a Wickham yo me encargó de eso.
— ¿Necesita algo?
—Suba un té en cuanto bajé —dijo y sentí como empezaba a subir las escaleras.
No dijo nada y yo tampoco. Él sabía que dormía con Wickham por eso había preguntado por su habitación, escuché la puerta abrirse y entonces entró. El cuarto estaba frío.
—¿Puedes caminar?—preguntó
—Desde el primer año de edad —dije intentando ser graciosa, pero terminé suspirando—bájame —dije y él hizo caso, colocó mis pies en el suelo, pero le daba la espalda.
—Le voy a decir a Wickham...—lo corté.
—Yo le llamó, gracias —no dijo nada, cerré los ojos, empezaban a sentir un nudo en mi garganta.
—Bien—dijo por fin.
Había pasado un tiempo, lo más seguro es que se hubiera marchado desde hace rato, me voltee con lágrimas en los ojos y una sonrisa en mis labios, pensaba cerrar la puerta pero entonces lo encontré mirándome.
No dijo nada, la puerta estaba cerrada.
— ¿Por qué lloras? —dio un paso hacia mí.
—Lo sabes—di uno paso hacía atrás.
—No entiendo —dijo repitiendo su acción pasada y yo la mía.
—No importa.
—A ti no te importa
—A ti tampoco debería importante —no había más caminó.
—Pues me importa —dijo deteniendose a un paso de mí.
— ¿Ahora te importa? Después de 3 años, después de alejarme de ti, de no confiar en mí, de ignorarme —noté un dolor en su mirada — de besarla a ella… —sonreí irónicamente — ¿ahora te importa?—dije las últimas palabras más suaves y mirando de lado.
Él me miró y dio el último paso que le faltaba, sentí su respiración en mi frente, bajo la mirada y sentí como mi corazón se acelerarse, suspiró me tomo del rostro con sus manos e hizo que lo mirara y me besó.
Subí mis manos hasta sus muñecas con la intención de alejarlo pero no pude, dejé que me besara.
Se alejó de mí y me sentí pésima al no sentirme mal por ese beso, por no pensar en Sebastián mientras besaba a Jin Ki, y sentirme...feliz.
—Lo sien...
—Vete —dije
— No siento haberte besado —dijo y solo escuché la puerta cerrarse.
