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—¿Estás bien?

Pero qué pregunta más estúpida, acaban de meterle tremendo puñetazo, es obvio que no está bien, aún así recibe mi mano para levantarse.

—Que pena lo que pasó.

¿De verdad Tony? Lo golpearon por tu culpa ¿y solo eso le dices?

—He recibido peores golpes, estaré bien.

 Eres demasiado condescendiente Stephen, ¿ya te lo habían dicho? Te sientas a mi lado como si no hubiese pasado nada y pides otra copa.

Veo a la gente alrededor como pequeños bultos de colores en algún tipo de marcha fantasmal, sé que nos observan, pero ni siquiera el personal del lugar se atreve a acercarse. Claro, después de todo nadie se mete con un Stark.  

Tal vez excepto… Un tal Rogers.

—¿Tú estás bien?

—No, creo que hubiese preferido ese golpe.

—No digas tonterías Tony.

¿Tonterías? Eso me hubiese dolido menos.

—No pienso volver a ese apartamento, mandaré a alguien a que recoja mis cosas. 

—¿Estás seguro? . 

—Por supuesto. 

Segurísimo de no querer volver a verlo para que me restriegue su felicidad en la cara, ¿Sharon? Creí que tenía mejores gustos. Pensándolo bien (no sólo para consolarme) yo soy mucho para él. 

—¿Dónde piensas quedarte? 

—En un hotel, obvio. 

—Tony, cualquier cosa que necesites o en lo que pueda ayudarte solo llámame ¿esta bien? 

—Sí, gracias… por todo. 

Oh vamos amigo, me miras como si fuese un cachorrito abandonado en medio de la lluvia, no necesito tu lástima, en realidad creo que lo que necesito ahora es otro trago. 

—¡Mozo! 

—Tony, no, no… 

¡Carajo! No puedo creer que esté tan ebrio como para casi caerme del asiento. 

Sí, sí Stephen, gracias por sostenerme pero ya puedes soltar mi brazo, suel-ta-me. 

—Es hora de irnos, estás muy borracho. 

—Ok, en eso te doy la razón. 

No hay necesidad de que me acompañes, aunque agradezco tu buena disposición ¿sabes? Cuánto hubiese querido enamorarme de ti, lástima que no tienes el cabello rubio, ni ojos azules, ni piel tersa, ni brazos fuertes, ni piernas bien trabajadas, ni te llamas… Bueno, Steve. 

¡Demonios! ¿Eso lo dije o lo pensé?. Mejor llamaré a Nat. 

°°°

—Creo que no nos presentaron, soy Nat, una amiga de la infancia de éste. —Le palmeó la cabeza a Tony haciendo que suelte un gruñido por lo bajo. 

Stephen había sacado a rastras a Tony del bar, tratando de acallar sus gritos llamando a la pelirroja. 

—Que bueno que estás aquí, la verdad es que no sabía qué hacer con Tony, él… Bebió demasiado. —Bajó la mirada apenado y con el rostro completamente rojo, sin saber si era por el alcohol o por la vergüenza que le hizo pasar Tony en el bar.

—Me di cuenta, pero no te preocupes, yo me encargaré de él ahora. —Nat le sonrió conciliadora. 

—Gracias, y si necesitan algo no duden en llamarme. 

Viviendo con mi Crush! (Stony) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora