Viviendo con mi Crush! (Stony)

24

Steve:

La mañana es fría, más de lo usual.

Tal vez es solo mi idea, tal vez sea solo por su ausencia.

No quiero ir a clases, si por mi fuera me quedaría en la cama todo el día, pero tengo la remota esperanza de poder verlo, me bastaría un pequeño atisbo de su imagen a lo lejos para llenar un poco el vacío que me dejó en el pecho.

Tony, Tony, ¿Que me has hecho?

Me levanto sin querer hacerlo, Buck está en la cocina preparando el desayuno, ayer me dijo que cuidaría de mí hasta que me reponga o todo se arregle, como si tuviera algún tipo de enfermedad terminal o habría quedado inválido.

Él está ahí, alistando un par de sandwiches de queso con tomate y tuve que sonreír al verlo, en verdad no ha cambiado nada, sigue siendo el mismo niño que corría hasta mi casa arrastrándome de un brazo cuando me lastimaba, el que tiraba piedritas a mi ventana cuando yacía enfermo, y él que me compartía de su merienda cuando olvidaba la mía.

Gracias Buck, por siempre cuidar de mí.

—¡Listo! Ahora solo falta que te bañes, que te cambies de ropa y que hagas… algo con tu cara, luces horrible… y apestas.

Oh gracias, tan dulce como siempre.

—La verdad es que no pensaba ir a clases.

—Nada de eso, Nat habló con Tony, al parecer él decidió concederte el beneficio de la duda, así que puede ser que esta sea tu oportunidad de hablar con él y aclarar…

Dios, Dios, Dios…

¿Donde dejé el maldito shampoo?

Tony:

¡Tráfico de mierda! a este paso me perderé mi primera clase.

Ay Tony, que ocurrente eres, como si realmente te importara esa estúpida clase.

No te engañes, lo que quieres es ver a Steve, hacerte al desinteresado mientras escuchas su explicación, que te ruegue un poco, indignarte, que te ruegue un poco más y ¡Listo! aceptar regresar al apartamento y asunto solucionado.

¿Estará bien perdonarlo tan rápido? Tampoco quiero parecer desesperado. Quizá tenga que hacerme al difícil un día más.

Dependerá de su poder de convencimiento.

Vamos Rogers, confío en tí.

Semáforo en verde, por fin, ahora solo me estaciono y…. Ok, no voy a correr adentro.

Tony, respira; pero no así, despacio, calmado…

¡Santo cielo! Ahí está, igual de perfecto como siempre; desgraciado, te odio.

¡Mierda, ya me vio y viene hacia mi! ¿Que hago? 

Oh sí, escapar y esconderme en algún salón parece una buena opción.

Ese parece estar vacío, sólo doblo por aquí y…

¡Auch! Ok, eso sí me dolió.

—Perdona, que torpe soy…

Esperen… ¿Sharon?

—No te preocupes, fue mi culpa.

Ella aún no me ve, está agachada en el piso, mientras recoge sus cosas con afán. Ese cuaderno de tapa negra se me hace muy familiar, ahora lo tiene entre sus brazos y se levanta, palidece cuando me ve, y noto el obvio esfuerzo que hace por esconder el cuaderno. Está claro que no quiere que lo reconozca; pero ya es demasiado tarde.