—¡Vengan por su pescado fresco!
—¡Las mejores telas aquí!
—¿Le gustaría un collar hermosa señorita?
¡Todo es muy hermoso! ¿Cómo hacen las personas para decidir por comprar algo? Aquello se ve delicioso, eso de allá buenísimo, y esa cosa rosada esponjosa también, según escuché se llama algodón de azúcar.
Todo era maravilloso, ya era de mañana y el mercado estaba hasta el tope, las personas iban de aquí para allá comprando comida y cosas, yo caminaba observando todo con alegría y curiosidad.
Ahora que lo recuerdo, no he comido nada desde anoche, ¿Será qué puedo cambiar algo de las joyas que traje por algo de dinero?
Cómo respuesta, mí estómago rugió exigiendo algo de comida.
Soy una tonta, debí traer algo para comer más tarde.
Comencé a caminar buscando algún puesto de joyas dónde pueda intercambiar las pocas que traje, algo debo conseguir y sí no quieren comprarlas tal vez algún vendedor me haga un intercambio de las joyas por comida.
Decidida me acerqué al puesto de joyas dónde anteriormente me ofrecieron un collar de perlas, el señor que atendía el establecimiento se encontraba de espaldas, estaba atendiendo a una pareja así que intente dar con su atención.
—Disculpe...
Pero otro grito lejano y ronco me hizo girar mí atención a un puesto de frutas, un señor alto y robusto de cabello negro canoso tomaba a un niño de su camisa impidiéndole el escapé.
—¡Miserable ladrón!
Las personas que pasaban por ahí inmediatamente se detuvieron para observar el espectáculo, ¿Por qué nadie hace nada? Todos observaban con curiosidad pero nadie intentaba ayudar al niño.
—Vaya, así que otra rata a intentado robar, ya habían tardado— susurró el vendedor de joyas recostado de el mostrador luego de que la pareja se marchará — no se preocupe jovencita, esto pasa todos los días.
—¿Todos los días?—pregunte con sorpresa observando el semblante relajado del vendedor.
—Sí, ¿Acaso no eres de aquí? Es raro que alguien que no sea de aquí no sepa de esto.
Quité mí atención del vendedor olvidando por completo el intercambio de joyas por dinero que planeaba, decidida comencé a caminar directo al hombre que sacudía al niño por la camisa exigiéndole dinero por la manzana robada, pero una mano me detuvo en el camino.
—¡¿Estás loca?!— me preguntó el vendedor de joyas sorprendido— ¿Acaso quieres qué te den una golpiza?
—No puedo quedarme sin hacer nada.
—Vale, nadie puede quedarse sin hacer nada, pero no somos unos putos superhéroe, somos gente normal sin magia que por un mínimo golpe salen volando— el jóven vendedor castaño advirtió cruzándose de brazos, entrando en confianza rápidamente.
—Me da igual, ese niño necesita ayuda y no me voy a quedar parada cómo una cobarde.— Comencé a caminar ignorando la mirada sorprendida de el vendedor de joyas, ignorando sus gritos:
—¡Te van a hacer ceviche!— escuché su grito antes de llegar al puesto de frutas dónde el vendedor seguía escupiendo en la cara de el niño.
Odio esto, ¿Por qué lo maltratan de ésta manera? A mí nunca me pasó esto, ¿Acaso así es la vida aquí? Observé los pies descalzos de el niño con un pantalón holgado lleno de parches y una camisa blanca con un pequeño chaleco sin mangas marrón. Se veía tan débil y frágil frente a ese hombre robusto y corpulento, sin dudarlo me acerqué rápidamente dándole un empujón al vendedor alejándolo de el niño, escuché el jadeo de las personas que observaban todo y la mirada sorprendida de el niño provocó que se me encogiera el corazón.

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La princesa pérdida de Obelia
FanfictionUn rey sin corona, salvará un reino que estaba perdido, y lo perdido será encontrado de nuevo. Un torbellino de energía oscura atrapó a los habitantes de Obelia, ahora una energía positiva les devolverá la libertad. Una nueva luz nacerá a la profund...