"Lo siento"
Tenía aquella nota en su mano hace más de 10 minutos, inspeccionándola, no tenía a su amado remitente pero sabía por la hermosa caligrafía que trataba de "su chico anónimo".
Pero... ¿Porque se disculpaba?
¿Qué debería de perdonarle?
¿Qué hizo tan mal, para enviarle la misma nota por una semana?
"Lo siento" "Lo siento" "Lo siento" "Lo siento"
Ahora aquellas palabras no podrán salir de su mente, se sentía extraño, una mezcla de emociones; curiosidad, preocupación y paranoia.
¿Habría matado a alguien por él y ahora se sentía arrepentido?
Y en su preocupación sentía que algo le había pasado... Sentía que él está mal, deprimido.
Aunque también podía ser el hecho de que sólo hace una semana la madre de su "cuñado" había fallecido y el ver a Bill bastante decaído le había afectado.
- Dipper apúrate, tenemos que estar en nuestros salones para salir en orden al funeral -
- Perdón, ya voy -guardó la nota en su bolsillo y fue a su salón. }
Así era, todos los del instituto irían al funeral, además de antiguos estudiantes y otros mas.
En la iglesia todo permaneció en orden, el silencio reinó dejando escuchar la voz del Padre y los sollozos destrozados.
- Amén -se escuchó por último y los demás presentes lo repitieron.
El rubio permaneció en silencio, los seis permanecían en la primera fila, Dipper y Mabel por ser "cercanos" a ambos hermanos y Phill tenía a su lado a su lado.
La bendición de Padre para que su alma fuera al cielo estaba hecha.
Los dos castaños permanecían al lado de los hermanos en el trayecto de ir al cementerio para el entierro, era el momento de que los demás dijeran sus últimas palabras para ella.
Al llegar Phill dio unas palabras junto a Will. Ambos pedían perdón por hacerla enojar y preocuparse por ellos, recordando los momentos felices, el como dejo de lado su tristeza para levantarlos a ellos cuando su padre murió y dando gracias por su amor eterno.
Bill tenía bastante que decir, que pedir perdón, dar las gracias y recordar, pero no pudo, su voz no salía.
Con mucho esfuerzo dijo unas palabras.
- Perdón por no protegerte -las palabras de su padre al morir seguían ahí.
"Protejan a su madre"
Tal vez no lo habían hecho tan bien y por eso se sentía tan mal, no supo como protegerla. Aunque aún así sentía un poco de ¿alivio?, no sabía como expresar ese sentimiento.
Sabía que su madre se reencontraría con su padre, ambos volverían a ser felices, su madre a pesar de siempre sonreír, también sufría, al menos estaría en paz.
El rector dio su discurso, la madre de ellos había sido su alumna antes de que él se convirtiera en rector. Una de las mejores alumnas, siempre feliz, participativa, inteligente, comprensiva, solidaria, dando lo mejor de ella. Incluso había sido profesora por 2 años, pero debió retirarse cuando Phill estaba por nacer.
- Fue la mejor estudiante de su época, la mejor sin duda alguna. Fue una gran mujer, descansa en paz, Amelia de Cipher- dio por terminado para enterrar el ataúd.
Luego de la tan deprimente y larga despedida, los estudiantes y demás se fueron retirando, el rector había autorizado a Dipper y Mabel a acompañar a los hermanos.
Cuando solo quedaron ellos seis, el llanto se hizo presente. Ahora podía llorar.
Mabel abrazaba al pequeño Will mientras este trataba de permanecer de pie.
La pareja de Phill le sobaba la espalda para poder calmarlo un poco.
En cambio, Bill no soportó, cayó de rodillas al suelo con su llanto inundándolo.
Dipper lo sostuvo en sus brazos, le partía el alma verlo destrozado, indefenso, le recordaba a él cuando pequeño al perder a su abuelo.
Por alguna razón que desconocía, sentía algo, una sensación rara... Sentía ganas de verlo sonreír, protegerlo, quitarle las penas.
Sentía una calidez... una calidez que poco a poco se iba enfriando.
Lo abrazó con más fuerza, aferrándose a él.
Sin darse cuenta que esas sensaciones, eran las mismas que le provocaban unas letras, unas notas.
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Notas Anónimas (Billdip)
FanfictionDipper es un chico solitario y con una vida "aburrida". Un día, una nota aparece en su casillero, ¿Quién habrá sido? ¿Algún error o alguna broma? Dudas crecen pero, sin embargo, también un pequeña alegría en su interior. ¿Quién pensaría que una nota...