7. Caer en la tentación [Corregido]

75 4 0
                                    

Corregido.

Me di una ducha justo después de cenar y me fui temprano a la cama, antes de llamar a mamá y prometerle que me quedaría en casa y que no iría a ninguna parte. Sabía que ella aún se preocupaba de que saliese sola de noche, aún pensaba que en algún momento ellos podrían volver, los tipos que tanto daño me hicieron en el pasado.

Intenté dejar esos recuerdos fuera de mi mente, y lo conseguí, así que de momento no os hablaré sobre ellos.

Me tumbé en la cama, y pensé en Alex. ¿Qué era lo qué iba a hacer con él? Se suponía que debíamos hablarlo. Quizás él quería arreglarlo, quizás aún podría casarme con él y quedarme a su lado.

Sacudí la cabeza, intentando alejar aquello de mi mente. Era más que obvio que aquello era una mala idea.

Mi móvil vibró sobre la cama, y lo cogí sin hacer esperar demasiado a la otra persona.

- Hola, nena – comenzó Mad - ¿Cómo estás? Kat me lo ha contado todo – me informaba, algo preocupada - ¿fuiste a hablar ya con el capullo de Alex?

- Aún no – respondí, mientras ella hacía un gesto de desaprobación que yo no podía ver.

- ¿Y a qué estás esperando? – insistió – estas cosas cuánto antes se hablen mejor – concluyó.

- Pensaba ir a visitarle ahora – mentí, pues lo cierto es que sólo iba a dormirme – voy a matar a ese cabrón.

- Así se habla nena – me animó ella, mientras yo me levantaba de la cama y tomaba aquella decisión como mía – llámame luego y me cuentas los detalles.

Me puse unos jeans y una blusa simple, una chaqueta, las botas, el bolso, y salí de casa, con lo puesto, sin tan siquiera poner mucha atención al tiempo. Hacía un poco de frío, más del habitual, pero en aquel momento me daba un poco igual.

Intenté convencerme a mi misma de que estar enfadada era lo normal, lo que tenía que pretender, todo aquello debía molestarme. Debía comportarme cómo una novia enfadada justo en ese momento, aunque no lo estuviese en lo absoluto.

Podía recordar cómo empezó toda aquella locura, cómo fue que acepté a Alex O'Connor en matrimonio. Mi padre fue el causante de todo aquello, insistido por mi madre. Sabía que ellos querían protegerme, que estaban preocupados por lo que sucedería conmigo cuando ellos ya no estuviesen. Ese había sido el principal detonante, por esa razón decidí casarme con Alex.

Mis padres siempre opinaron que la protección de un hombre era muy necesaria en mi caso. Y los comprendía, no creáis que no. Pero yo nunca pensé así. Yo no necesitaba a ningún hombre a mi lado, nunca lo necesité.

Nunca confié en ninguno de ellos, y aquella no era la excepción. Siempre tuve mis dudas sobre Alex, pero jamás pensé que él pudiese ser de los que engañan a sus prometidas.

El taxi se detuvo frente a su puerta, y cuando salí me di cuenta de que llovía. ¡Mierda! Si tan sólo me hubiese dado cuenta de ello antes, no tendría que mojarme y pasar frío después.

Caminé hacia el paso de cebra, pues debía cruzar para llegar a la casa de Alex, pero me detuve antes de haber dado un solo paso, pues aquella voz angelical que tanto añoraba inundó mi mente, desarmándome por completo.

- Me gusta la forma en la que la lluvia cae sobre mi piel – aseguró, echando las manos hacia atrás, levantando la cabeza, para que esta le diese de lleno en el rostro. Le miré sin comprender, haciendo justo lo mismo.

Mis lágrimas salieron tan pronto como sentí la lluvia sobre mi rostro. No podía respirar, algo seguía oprimiendo mi pecho siempre que pensaba en él, algo que no me dejaba ser la chica que yo misma había creado, pues traía a mi yo del pasado. Necesitaba hacerlo, necesitaba gritar, expulsar todo mi dolor lejos de mí.

Oscuro, pero no tanto | COMPLETA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora