ENTER THE VOID // Teen Wolf [03]

01. Pain makes you human

C a p í t u l o   u n o
❝EL DOLOR TE HACE HUMANO❞

๙

Isaac

Era tarde en la noche cuando llegó, o por lo menos fue hasta ese momento cuando pude percibir su aroma. Desde que Scott empezó a tener pesadillas y alucinaciones, ella no dejaba su lado; pero esta vez había pasado la noche aquí. Noelle había dormido con él. Aparentemente eso logró ayudar a Scott. Pero mientras ellos descansaban sin ningún problema, yo pasé casi toda la noche escuchando sus latidos, sus murmullos y el sonido de su risa ahogada tratando de no despertar a nadie durante su asombrosa velada.

     Había sido una maldita tortura el tenerle tan cerca y no poder hacer nada. De esas veces en las que te sientes tan estúpidamente impotente, porque sabes lo que debes hacer, pero solo no lo haces porque tu jodido orgullo es más grande que las ganas de tenerle entre tus brazos y decirle lo mucho que le echas de menos. El orgullo y la vergüenza. ¿Qué se suponía que debía decirle a estas alturas sin sonar tan patético e hipócrita? Ya ni siquiera podía estar ante su presencia sin perder por completo el habla.

     Pero, ¿de verdad tenía que pasar la noche con Scott? ¡Mierda, ¿era eso tan necesario?!

     Le escuché salir muy temprano. Ni siquiera el sonido del agua correr por la ducha me impidió reconocer su risa. Al parecer Scott era demasiado hilarante y ella no podía evitarlo.

     —Hola —y ahí se encontraba él. Justo frente a mí al abrir la puerta de mi habitación.

     —Oh, hola —contesté mientras me acomodaba la mochila sobre el hombro.

     —Uhm, ¿Irás a la escuela?

     —Sí.

     —De acuerdo, también yo.

     —Bien —no tenía idea de a dónde se dirigía este intento de charla.

     —¿Puedo preguntarte algo?

     —Okay.

     —¿Estás enfadado conmigo? —cuestionó con nerviosismo. Sabiendo que para ahora yo ya había notado que ella había pasado la noche aquí.

     Sí.

     —No —respondí casi de inmediato, no estando seguro de lo que había dicho.

     —¿Estás seguro?

     —No —contesté, ahora diciendo la verdad.

     —¿Q-qué significa eso? —parecía confundido.

     —Supongo que no estoy seguro de cómo me siento —admití.

     —De acuerdo, ¿me odias? —en su rostro parecía quizá temer la respuesta a esa pregunta.

     —No, claro que no —dije enseguida.

     —¿Quieres golpearme?

     Positivamente.

     —No —mi boca dijo algo diferente.

     —Creo que deberías golpearme —asintió sin perder mi mirada.

     Yo creo que esa es una muy buena idea.

     —No quiero golpearte —de nuevo, lo que salió de mi boca fue diferente.

     —¿Estás seguro? —insistió.

     —¿Por qué querría golpearte? Y-yo... no hiciste nada, ¿o sí? —le cuestioné, tratando lo mejor que pude de regalarle una sonrisa.