ENTER THE VOID // Teen Wolf [03]

17. What any of us would've done

C a p í t u l o   d i e c i s i e t e
❝LO QUE CUALQUIERA DE NOSOTROS HUBIESE HECHO❞

๙

—¿Alguna noticia sobre Isaac?

     Luego de un buen rato, Lydia decidió romper el silencio entre nosotras tres mientras nos dirigíamos al edificio de Allison.

     —Sigue sin despertar, pero uhm... aparentemente está estable ahora —contesté sin muchas ganas, tan solo observando por la ventana. Aquello era lo único que rondaba por mi cabeza.

     —Y eso es bueno, ¿no es así? —preguntó, y sentí su mirada por un instante.

     Eso quisiera creer.

     —Sí, sí... totalmente —le miré asintiendo.

     —Después de todo es un hombre lobo con superpoderes curativos, ¿recuerdas? —agregó.

     —Sí... eso, eso lo que todos dicen —solté una pequeña risa, algo más parecido a un bufido amargo, y mi mirada, una vez más, concentró sobre la ventana.

     Unos cuantos metros después y nos encontramos fuera del hogar de Allison.

     —Gracias, Lyds —aquello había sido lo único que dijo desde que subimos al auto —. Las veré luego.

     Ambas asentimos y le vimos caminar con rapidez hacia la entrada principal de su edificio. Lydia puso el auto en marcha de nuevo.

     La pelirroja empezó a hablar sobre asuntos no relacionados con lo sobrenatural y mis comentarios al respecto eran en de menos de tres palabras. Mayormente, solo para ocultar el hecho de que en realidad no le estaba prestando demasiada atención.

     Y no es que lo que Lydia tenía que decir no era importante, sino que todo aquello se veía tan banal a las preocupaciones que yo en realidad tenía. No podía concentrarme en nada que no fuese el estado de Isaac y el problema de Stiles. No podía dejar de pensar en el siguiente paso. El siguiente plan. No podía dejar de pensar en todo lo que ocurriría si nada de lo que hiciéramos funcionara.

     —Perdona, ¿qué?

     Lydia había llamado mi atención con una pregunta que no escuché. De nuevo.

     —Pregunté si crees que Alex ya está en casa —repitió.

     —Oh, uhm... no, no lo creo —negué, dejando salir una bocanada de aire después.

     —¿Te encuentras bien? —cuestionó con el ceño fruncido.

     —Sí, sí... lo lamento, es sólo que estoy un poco cansada y mi mente está por todos lados —asentí con una sonrisa, la cual probablemente no había salido nada natural.

     —¿Estás segura? —me miró por un segundo y regresó su mirada al camino.

     —Sí —mentí —. ¿Tú te encuentras bien? —pregunté para desviar su atención de mí.

     —¿Honestamente?

     —Honestamente.

     —No —negó —. No estoy bien, pero no estábamos hablando de mí.

     De verdad que es la más lista.

     —Ya te lo dije, estoy bien —aseguré.

     —¿Qué dices si te quedas hoy en casa? Podemos ordenar comida y tomar una de las botellas de vino que mamá nunca se termina —dijo, después de pensar un poco.