⇢〔Capitulo 2〕

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—Hasta mañana, señor Park.—

—Hasta mañana— aquel era el último empleado que quedaba en el hotel, me senté relajadamente en la silla de mi escritorio, hoy había sido un día muy ajetreado, estaba tan agotado que terminé por desatar un poco mi corbata que me estorbaba mucho.

A pocos años de la muerte de mi padre, tuve que encargarme de los hoteles de la familia. No tenía tanta experiencia, pero aún así puse todo mi esfuerzo y logré sacarlos a trote, convirtiéndolos en los mejores hoteles tanto de Europa como de Asia.

Encendí mi computadora, normalmente hacía lo de costumbre: entrar a mis redes sociales hasta que al final llegaba a una en específico. Hacía meses que entraba y veía las subastas, pero nunca tuve el valor de dar una cifra por alguien. Solo era un espectador más de aquellas ventas de personas, era interesante yrepulsivo a la vez.

Llegué hasta el fondo de todo, nada interesante a mi parecer. Decidí dejarlo por el momento y ponerme a echar un vistazo a mi trabajo. Eran las 12 p.m. y tenía que ir a casa o mejor dicho apartamento, estaba a punto de cerrar la computadora cuando apareció [NUEVA SUBASTA]

Estaba indeciso, por lo que pulsé la tecla sin más. De un momento a otro se cargóla foto de un muchacho, su cabello era Pelirojo y tenía ojos café claro, los cuales captaron mi atención de inmediato, no era para nada provocadora la foto, pero su miradaera a la vez

"excitante" e "inocente."

La gente comenzó a dar precios rápidamente,volví a ver su hermoso rostro y me quedé mirando a la pantalla indeciso ¿Podría yo pagar por una persona?  La cantidad subía cada vez más y mi corazón se negaba a perder aquella subasta, tenía el dinero suficiente y de sobra para ganar, no pensaba perder tan fácilmente aquella hipnotizante mirada.

Jimin: 4.000.000 won.???:

7.000.000 won. ???:

9.000.000 won.

Jimin: 18.000.000 won.

Esperé a que alguien más diera otra cantidad para poder triplicarla si era necesario, esperé durante 3 minutos como lo estipulaban las reglas, y nadie más participó; había ganado.

Estaba feliz, pronto podría tocar aquella melena rojizas, aquellos labios aunque fuera por un día, por unas horas... me pertenecería por una noche y no podría desperdiciarlo.

 me pertenecería por una noche y no podría desperdiciarlo

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