⇢〔Capitulo 3〕

10.4K 1K 83
                                    

No lo podía creer.

18.000.000 won era mucho dinero... Me había vendido por 18.000.000 won. El ganador me envió un mensaje, estaba muy nervioso, que tal si era un viejo de 40 años. No podía correr. No podía esconderme, ya había entrado a esto, ya había tomado la decisión.

No había marcha atrás. Seúl, Corea del Sur, hotel Signiel Seoul. No te preocupes, el viaje corre por mi cuenta, mi chófer te esperará, te espero en dos días... Sin más me dejó ahí. ¿Seúl? ¿SEÚL? En serio...Oh por Dios esto era mucho, nunca he salido de Busan y llegar a Seúl es mucho, tenía que parar esto, no podría.

Todo esto era mucho para mi.

Tenía que cargar con los problemas de mis padres

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Tenía que cargar con los problemas de mis padres. Me sentí culpable, si hubiera estado con ellos no estaría pasando esto... Por lo que sin más alisté mis maletas y el boleto que me había enviado. Cerré con cautela mi departamento y salían de ahí a las 10 de la noche ¿Qué tenía quellevar para ir ahí? Ni idea, guardé 3 prendas, 2 pijamas y demás cosas de uso personal. Estaba nervioso, esta era la primera vez que entraba a un avión.

Me la pasé buscando mi asiento en la parte turística pero no era ninguno de esos, luego una azafata me guió hacia la zona ejecutiva (VIP), pensé que se había equivocado pero no. Quería correr, quería bajarme, mis nervios estaban a flor de piel cuando el avión despegó, no sabía que hacer durante 2 horas de viaje, así que sin esperarlo me dormí cuando solo faltaban 30 minutos para aterrizar, esto sucedió mientras escuchaba música de relajación.

Pasado 30 minutos llegué a Seúl. Sin embargo, el avión en el que iba tuvo muchas dificultades en el aterrizaje, por lo cual tuve unas náuseas horribles, agarré las maletas y fui directo al baño en donde vomité, genial forma de llegar a Seúl. Cuando me sentí mejor lavé mi cara y mi boca, solo habían sido 10 minutos de retraso con lo cual salí rápidamente, ahora el problema sería encontrar al chófer entre la multitud de personas.

Busqué por todos lados hasta ver a un joven con un cartel que decía —Jimin—. Este me vio ysonrió.

—Pensé que no ibas a salir —Era joven igual o menos que yo, me ayudó con las maletas y emprendimos el viaje.

¿Y cómo se llama usted?—Traté de sacar un tema de conversación aunque también tenía curiosidad de saber su nombre.

—Lo siento, no puedo decírtelo. Él es una persona muy seria, solo sigo sus órdenes—Lo miré un momento, ¿Qué clase de persona sería él? De seguro era un hombre muy gruñón y exigente. Mientras pensaba en todo aquello el auto paró.

—Bueno, hasta aquí llego yo —Sacó una tarjeta y me la entregó—Último apartamento, él llegará aproximadamente en unas dos horas; dijo que podías tomar una ducha y pedir alimentos si así lo querías— Bajé del auto y me despedí de él—Adiós.

Entré al edificio, había poca gente. Aquel lugar era muy grande y elegante: sus paredes blancas con flores rojas era lo que más llamaba mi atención, seguidamente entré al elevador y presioné el último botón mientras escuchaba la típica música de asensor.
Salí y en frente había una puerta de madera rústica, puse la tarjeta y abrí lentamente esperando que todo fuera un sueño.

 Salí y en frente había una puerta de madera rústica, puse la tarjeta y abrí lentamente esperando que todo fuera un sueño

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Vírgen «JIKOOK» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora