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Lo primero que hizo cuando entró a su casa casi a las 2 de la mañana fue contar un poco de lo que recibió y fue directo a la cocina, buscó una caja entre los víveres bajo de la pileta de lavado y la abrió para dejar eso ahí. Era la caja de emergencia para la mercadería, últimamente la habían usado bastante y ver a su padre poner un par de billetes para después sacar el doble ya lo estaba estresando.

Fue a su habitación para poner su plata sobre la cama. La observó un buen rato, qué se suponía que iba a hacer ahora, quería que durara todo lo posible. La mitad la iba a guardar, después iba a sacar para los impuestos y para él. También sacó para el día que seguía, había prometido un postre y la gaseosa, probablemente su hermanito iba a pedir algo más. También se venía el cumpleaños de Manuel en una semana. Si estaban bien todavía, quería poder darle algo.

¿Pero qué podía darle que no tenga?. Tampoco podía ir directo a darle cualquier cosa. No se le ocurría nada que realmente necesite el mayor. Pero iba a preocuparse por eso recién cuando supiera si seguían bien porque se ve que hasta el momento estaba todo mal.

Guardó todo en una bolsa y la puso bajó su cama, su padre no revisaba sus cosas, pero su hermanito era muy curioso. No podía correr el riesgo de no estar y que lo encuentre y peor todavía, que le diga a su papá. La decepción del hombre podría literalmente matarlo.
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Estaba lleno, había comido como tres platos de comida, apenas se podía mover, no había tocado ni un poco del helado que compró para el postre y tuvo que acostarse antes de que le diera un infarto o algo.

Lo mejor es que había sobrado así que a la noche también iba a a poder comer, y el día siguiente no trabajaba. Todo salía bien.

Escuchaba a su hermano hablar solo con sus juguetes mientras él seguía acostado, estaba tapado con las sábanas y una campera porque tenía algo de frío y su cubrecamas estaba en el piso para que el menor no tomara frío al estar sentado directamente sobre el suelo. Miró hacia una esquina de la habitación donde no había nada y empezó a pensar cuánto podría salir una pantalla para tener algo de calefacción. Tenía que googlearlo, así que agarró su celular debajo de la almohada y antes de que pudiese hacer cualquier cosa, vio que tenía un mensaje de Manuel.

'No me escribiste más'

Rodó sus ojos, ingenuo de él esperar otra cosa como una disculpa por ser tan poco comprensivo.

'me parece que el último mensaje lo mande yo???'

'Estaba ocupado'
'si ves que no te escribo me podrías escribir vos'

No tenía ganas de discutir con Manuel, seguía con ese malestar en su estómago por lo que había hecho. Siempre se maquineaba cuando salía así, no paraba de pensar que en cualquier momento iba a estar tranquilo y le iba a caer la gorra a buscarlo.

'bueno'

Listo, no iba a seguirle la tontería, aunque pronto tenía una llamada entrante. Dudó, no sabía si responder o no, Emi estaba jugando ahí frente a él. Rechazó la llamada y se levantó de la cama para avisarle a su hermano que iba al baño y volvía, el menor ni siquiera lo miró, seguía en la suya.

'llamame ahora'

Esperó un rato y atendió la nueva llamada.

-"¿Qué onda, estás enojado o algo?". Fue lo primero que preguntó el mayor.

-"¿Yo estoy enojado? Vos no me hablaste más".

-"Pero si no tenía nada que contestar".

-"Y yo no tenía nada para decir". Se encogió de hombros aunque el mayor no pudiese verlo.

-"¿Qué te pasa? Te estoy hablando bien".

-"Te contesté bien".

-"No, a vos te pasa algo...".

-"Estoy bien".

-"Mateo... ¿nos podemos ver hoy?".

-"No puedo".

-"No me tenés que contar, nos vemos y ya está".

Lo pensó, tenía que preguntarle a su papá si le molestaba que se vaya el domingo de familia.

-"Vení a dormir, te vas temprano para llegar bien al colegio". Volvió a hablar el otro ante su falta de respuesta.

El lunes no trabajaba, le había cambiado el día a Daniel así que podía quedarse sin tener que levantarse tan temprano.

-"No voy mañana... seguro voy para dormir".

-"Te espero entonces".

-"Nos vemos".

Murmuró apenas antes de cortar. No sabía por qué nunca llegaban a enojarse por completo, pero siempre era lo mismo. Manuel era un mañoso, se enojaba, él trataba de darle alguna solución para lo que esté pasando, Manuel seguía enojado. Se molestaba él y recién ahí Manuel le hablaba como si nada, Mateo respondía bien porque tampoco le podía durar tanto la molestia.

Las dos razones principales de aguantar esas estupideces del mayor básicamente eran porque le gustaba mucho y porque no quería perderlo. Sobre todo porque no quería que se diera cuenta que no valía ni cinco pesos. Al lado suyo, Mateo era básicamente nada. Y si era sincero, él siempre salía con personas en su misma situación o aún peor, jamás hubiese pensado en qué alguien como el mayor se iba a fijar en él.

Aunque en sí, no se había fijado realmente en él, sólo en lo que mostraba y por ahí venía su inseguridad.
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Qué onda perri todo bien?
Es medio cortito, perdón u.u

Kcyo - Parte 1 - TrueplikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora