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-"Pará, no entendí un carajo, ¿si quiero poner música a dónde voy?".

-"Entrás acá y-".

-"No, desde el principio".

El mayor suspiró con exaspero.

-"Uyy Mateo... bajáte spotify mejor o ponele música, lo que quieras". Manuel le entregó el celular en sus manos y tuvo que tratar de no reírse de la frustración ajena. No lo hacía a propósito, en serio no entendía, pero verlo renegar era bastante divertido.

-"Perdón, nunca tuve un iPhone, no lo entiendo...".

-"Lo vas a entender cuando le metas mano, vas a ver que después no vas a querer tener otro".

-"¿El iPhone serias vos entonces?". No quería que se frustre por esta tontería, así que quiso hacerse el gracioso.

Manuel se quedó en silencio pero pudo ver que su rostro empezaba a tomar color. Entendía su vergüenza, cuando el mayor se ponía así, era él quien transpiraba de nervios.

-"¿Qué me chamuyás?".

Negó ligeramente pero le sonrió aunque no lo miraba directamente, estaba todavía observando el celular en sus manos.

-"Gracias... por el celu digo, un poco lo necesitamos, y otro poco no llegamos".

Manuel rió antes de golpearlo suavemente en la pierna.

-"No hables así, sonás re pobre".

-"No tengo un iPhone tirado en un cajón, eso seguro". Se encogió de hombros aunque igual le sonreía.

-"Pero igual, no me gusta... Tengo un amigo re hincha con eso, siempre hace comentarios haciéndose el que re necesita y nada que ver". Parecía hablar en serio. Él también, hablaba muy en serio, pero Manuel no tenía que saberlo.

-"Bueno, perdón, no dije nada". Rodó sus ojos, aunque el mayor tenía razón en molestarle, algunas personas se quejaban de llenas. Justamente él no, pero algunos sí.

Manuel le sonrió mientras apoyaba una de sus manos sobre su pierna izquierda, dejó su mano ahí y hacía calor. No él precisamente, sino que el clima era muy caluroso, casi que le quemaba el calor de la mano ajena directamente sobre su pierna. Pero era obvio que iba a pasar, era casi diciembre y él sufría un poco el calor.

-"¿Te depilás? Nunca te pregunté...".

-"¿Qué?". Preguntó al ver que el mayor esperaba una respuesta.

-"Qué si te depilás, tenés re pocos pelos en las piernas". Dijo mientras pasaba sus dedos sobre algunos de ellos por debajo de su rodilla.

-"No, ¿cómo me voy a depilar?". Le causó gracia.

-"Pero por ahí sí, viste los que juegan al fútbol se depilan".

-"See, pero yo no juego fútbol".

Manuel suspiró divertido y negó con su cabeza.

-"La idea era que captes que me encantan tus piernas, son re lindas".

Siempre tan directo, cómo podía hacer eso, a él le costaba decirle que lo encontraba lindo o algo parecido. De hecho nunca se lo decía.

-"Qué decís, salí de acá". Lo empujó ligeramente tratando de distraerlo de su rostro que estaba básicamente rojo.

-"Sos muy lindo, mal...".

Ya se estaba empezando a sentir raro, ¿por qué tanto halago?. No le molestaba realmente, sólo le parecía raro.

-"¿Me das bola por lindo nomás? Mal ahí".

-"Sí, sí, te traté de ubicar una semana y encima casi lloro porque sos lindo nada más".

Lo vio rodar sus ojos y tuvo que sonreír, cómo le gustaba. Pero no podía quedarse mucho tiempo porque ya parecía ir haciéndose de noche, era como si fuera una persona diferente. De noche empezaba a perseguirse, tenía miedo irracional y tenía el tiempo suficiente para darle rienda suelta a todos sus problemas.

-"Está oscureciendo".

-"¿Querés venir a dormir a casa?". Preguntó ahora ya sin tocar su pierna ni nada.

-"No, tengo que volver con mi viejo".

-"Antes te quedabas a dormir los domingos".

Hizo una mueca, era cierto, pero antes no habían pasado varias cosas.

-"Perdón, quiero, pero no puedo...".

-"Está bien... ¿Te puedo acompañar?".

No supo qué decir, quería, porque si podía no estar más de lo necesario solo, iba a agradecer, pero otra vez su problema con la casa, no quería que Manuel vea eso. Probablemente tardó demasiado en pensar una respuesta porque escuchó al mayor reír antes de que pudiera contestar.

-"Dejá, algún otro día mejor".

Se sintió mal, se sentía culpable porque el que se estaba esforzando por cambiar era Manuel. No lo molestaba con los horarios ni le decía nada invasivo, y está bien que se vieron apenas tres veces después de la pelea, pero en todas esas veces no volvió a preguntar de más hasta el cansancio. En cambio él siguió escondiendo cosas y alejando al mayor. Seguía tratando de meterlo a esa burbuja que había creado para ellos.

Se mordió el labio inferior mientras pensaba en algo, invitarlo a su casa o cerca de ella era demasiado... pero podía hacer que conozca a su hermano al menos, que conozca a su padre sería más que demasiado. Iba a tener que preguntar si a su padre no le molestaba, pero podía. Al menos para imitar a Manuel con todo su cambio de actitud.

-"¿Te cabe conocer a mi hermano? Obvio no hoy y tengo que preguntarle a mi papá... ¿Pero querrías?".

No estaba mirándolo así que al no escuchar nada de él levantó su vista y lo vio sonreír muy amplio, como ninguna otra vez. Pero no decía nada.

-"Daa, contestame algo, qué te reís". Se sintió tonto, ¿no tendría que haber preguntado?. Sintió vergüenza por un momento al haberlo hecho.

-"No me río, sonrío, es diferente". Podía literalmente escuchar la sonrisa ajena en su voz. "Y obvio que sí Mateo, cualquier cosa que me dejes conocer de vos, de una".

Ya no supo qué decir, había sentido que lo dijo muy en serio y fue raro. ¿Por qué querría tanto formar parte de su vida? No se le ocurría ningún beneficio.

-"Mmh, bueno, igual ni sé si se va a poder, es una idea".

-"Con que me lo preguntes ya está, no importa si no se puede después". Manuel agarró su mano y entrelazó sus dedos, mierda, si se iba a poner así iba a tratar de darle todo lo que quería.
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Kcyo - Parte 1 - TrueplikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora