Las rosas azules representan el amor eterno, el misterio y a esperanza de alcanzar un amor que es difícil o imposible.
Kim TaeHyung era un chico de pueblo, campesino, con 20 años de edad. Todas las mañanas repartía el diario a todas las casas, con su humilde bicicleta y su sonrisa encantadora. Todo el pueblo lo amaba. Absolutamente todos eran fanáticos de la sonrisa iluminadora y los ojos encogidos tiernamente. No había ningún defecto encontrado en él. Era servicial, devoto, amable y caballeroso. Sus padres también lo adoran y siempre le recordaban que era su mejor milagro, puesto que nunca se habían planteado en tenerlo ya que su madre era infértil. Sin embargo, TaeHyung era la prueba existente que los milagros existían.
Siempre había sido un chico de mente abierta. Sus modales lo moldeaban a ser lo que era de hoy en día y no desperdiciaba ningún día para figurar una enseñanza por día. Siempre buscaba aprender algo todos los días, creyendo firmemente que su sabiduría así se iba perfeccionando a lo lento y el tiempo que tomara. Incluso aunque muchas personas halagaran su conocimiento diario, él se sentía de todas manera algo inconcluso de todas las cosas que se encontraban alrededor del mundo pero que no era partícipe de la exploración de nuevas cosas ya que no era como si pudiera ser capaz de viajar solo para aprender.
Todo el día se la mantenía simpatizando con los de su pueblo. Reía y aportaba alegría en cada calle y en cada rincón donde la luz del cálido sol no hacía contacto. Tantos actos amables lo atosigaban de vez en cuando. Por ejemplo, cuando lo invitaban a banquetes de personas importantes solamente por su reputación. No era secreto que aparte de su lado encantador, TaeHyung era popular por su apariencia. Todas las chicas del pueblo vivían maravilladas de lo perfecto que era TaeHyung físicamente, porque según ellas él era el príncipe azul que todas alguna vez habían deseado en sus sueños. Y aún así, existía un verdadero príncipe que sería el de la realeza, que por cierto, este último también era perfecto para todas las chicas del pueblo (y otros reinos).
Pero aunque a TaeHyung le encantara ser el chico del pueblo, a veces era cansino jugar el papel natural que hacía casi todos los días, exceptuando los días donde se tomaba descansos. Era cansado a veces, ya que no todo el tiempo podía mantener una sonrisa por más que su vida pretendiera ser perfecta. Lentamente el temor creciente que nacía en su interior, se debía a que todos los días, todas las mujeres mayores lo citaban a su casa para que se comprometiera con sus primogénitas. Todos los hombre mayores lo invitaban a tomar unos cuantos tragos por cortesía de ellos, y digamos que él no era tan fanático del alcohol en sí. Algunas veces se encontraba (con sorpresa) descubriendo a jovencitas que lo seguían después de su rutina de noche, la cual constaba solamente trabajar en una panadería. ¿Era necesario mencionar que la panadería era la más famosa del reino? Incluso los del castillo llegaban a visitar y comprar, lo cual era más que un privilegio para el dueño.
Aunque para TaeHyung, aquello era más que normal. Los del castillo y los del pueblo, por más que intentara buscar dónde se instalaba la superioridad e inferioridad, después de todo, todos al final eran humanos. No veía ninguna jerarquía, y aunque los estatus sociales estaban impuestos en la sociedad, todos seguían teniendo humanidad en su ser. Aunque no era como si TaeHyung tuviera derecho de hablar sobre la realeza, porque al ser un chico que vivió en el pueblo, sus intereses se enfocaban solamente en donde sus raíces le indicaban dónde había nacido.
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∘◦❁BLOOMING LOVE❁◦∘
Hayran KurguOh, blanca gardenia. ¿Dime cuando volveré a saciarme con tu dulzura? ¡Girasol, girasol tú que brillas ante el sol! ¡Guía tú mi camino hasta su corazón! Y tú margarita; tan fragante, tan bonita, acompaña a la buena rosa y vístela de pasión, para que...