13| Cuando la vida dá y quita.

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Capítulo trece
Cuando la vida dá y quita

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Las hermanas Shirley Cuthbert dormían plácidamente en sus respectivas camas cuando unos apresurados pasos en el pasillo las despertaron. A la habitación entró una despeinada y sudada Diana Barry, llevaba puesto su pijama y un abrigo, en su mano traía una lámpara de aceite.

—¡Addison, Anne!. —dijo la muchacha desesperada, las mellizas se incorporaron en sus camas—

—¡Diana!, ¿qué pasó?. —preguntó Anne viendo la preocupación de la contraria. No hablaban desde hace un mes. —

—Minnie May está enferma. —hizo el amague de salir de la habitación— Iré por la señora Cuthbert.

—No está aquí, salió a ver al primer ministro. — la detuvo Addison parándose —

—¿Tus padres también fueron?. —preguntó Anne imitando a su hermana, la respuesta fue afirmativa—

—¿Qué le pasa a Minnie May?. —preguntó la mayor de las mellizas mientras se calzaba—

—No sé, se ahoga y tose. —sollozó Diana— Es horrible.

—Tos ferina. —concluyeron las pelirrojas mientras se abrigaban con rapidez—

—Necesitamos un doctor. —exclamó Diana casi agarrándose de los pelos—

—¡Matthew, Matthew, ven rápido!. —gritó Anne acercándose a la puerta de la habitación—

—Ponte esto o te vas a congelar. —Addison le pasó un abrigo a Diana—

—Tía Josephine está con nosotras pero no sabe qué hacer. —agregó la chica Barry mientras sostenía la linterna— Nunca había visto una tos así.

—Nosotras sí. —contestó Anne justo cuando Matthew entraba a la recamara—

—Matthew, ve a Carmody a buscar al doctor, Minnie May está enferma. —le dijo Addison mientras ataba bien sus cordones— Nosotras iremos con Diana.

—Las veré allá. —contestó el hombre saliendo rápidamente—

Ni bien estuvieron preparadas, las tres comenzaron una carrera contrarreloj hacia la casa de los Barry. Addison llevaba el expectorante que haría que Minnie May se recuperará, las ramas de los árboles lastimaban la cara de las muchachas al correr pero ni eso las detenía.

Apenas llegaron, las hermanas pusieron agua a hervir mientras Diana tomaba a su hermana entre sus brazos. La tos de la niña le traía horribles recuerdos a las pelirrojas, quienes hacían todo lo posible para evitarlos. Addison sacó la cacerola con agua cuando está comenzó a emitir vapor y la acomodó a un lado de Diana.

—Inclinala. —ordenó la pecosa mientras la otra joven la obedecia— Asegúrate de que reciba el vapor para aflojar las flemas.

—Ya casi no queda expectorante. —avisó Anne sacudiendo la botella— Solo queda una dosis, sigamos con vapor y aire fresco hasta que tengamos que usarla.

—Está ardiendo. —notificó Diana a las hermanas mientras posaba su mano en la frente de la menor—

—Llevemosla a la ventana. —respondió Anne tomando la iniciativa, ayudó a Diana a situarse cerca de la misma— Le servirá el aire fresco.

La tía Barry se acercó con una vela en una mano y un bastón en otra.

—¿Qué demonios creen que están haciendo?. —preguntó mirandolas horrorizada— ¿Quieren que se congele hasta morir?

𝐀𝐝𝐝𝐢𝐬𝐨𝐧 | Gilbert BlytheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora