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El despertador sonó a las 9:00, una hora normal para mi, ya que hoy era sábado, eran esos dias nublados donde lo unico que quieres es quedarte en la cama.

Trate de juntar la mayor cantidad de energía posible para poder levantarme de la cama y comenzar mi dia.

Lo primero que hice fue acomodar un poco mi cama, al estar de vacaciones se me hacía costumbre dormir hasta tarde, por ende la habitación estaba llena dé restos de comida y ropa sucia que habían sobrado de noches anteriores.

Digamos que no soy esa típica chica universitaria que le gusta salir de fiestas y emborracharse, yo prefiero quedarme en mi casa, leyendo o mirando un maratón de películas de terror.

Abri la ventana, dejando entrar un viento fresco que fue directo a mi rostro, haciando que un escalofrío recorriera mi cuerpo.

Busque en mi armario una muda de ropa dejándola acomodada sobre la cama.

Me dirigí al baño para poder darme una ducha que calentara un poco mi cuerpo del fuerte frío que hacia en la ciudad de Seul

Deje que las gotas de agua recorrieran mi cuerpo, desde mi nuca hasta la punta de mis pies, era relajante.

Luego de esa reconfortante ducha, me cambié y bajé al comedor en busca de mi abrigo.

Hoy tenia ganas de salir a desayunar afuera, la mayoria de los dias me quedaba en casa, haciendo cosas de la universidad o tan solo porque no tenia ganas de salir, pero hoy era diferente, tenia un buen presentimiento.

Dicho esto busqué mi abrigo y salí, cerré la puerta de mi departamento y comencé a caminar a mi Cafetería favorita, donde, en mi opinión tenian los mejores cafés.

Al entrar a la cafetería un aroma a café me inundó, amaba ese olor y el calor que desprendía la estufa era reconfortante.

Pedí mi Latte y me senté en una mesa junto a una ventana enorme que me dejaba una vista hermosa de la ciudad, me encantaba Seul, vivo aquí desde muy pequeña, casi toda mi vida la tengo escrita en este hermoso lugar.

Creo que había estado unos 20 minutos dentro de la cafetería, cuándo se escucha la campana de la puerta, avisándole a todos los que estaban aquí que alguien había llegado, no le preste atención, solo seguí con mi vista a la hermosa ciudad.

"Hola, que va a pedir?"- Dijo la chica que atiende el lugar

-Un café, por favor- "básico" pensé.

-Claro, nombre?- Dijo la pelinegra del otro lado del mostrador.

-Jimin- Contesto con un tono calmado y una sonrisa amistosa mientras se sacaba los guantes que tenía puestos por el frío.

Jimin, Jimin, Jimin... pensaba yo, un nombre muy lindo, común, o eso creo.

Un impulso me hizo levantar la cabeza, viendo a la persona mas hermosa que mis ojos podía apreciar.

No era muy alto, solo un poco mas que yo, ojos rasgados, cacheton, sin duda muy tierno, tenia una sonrisa que a cualquiera enamoraría.

-Jimin, aquí esta tu café- Dijo la chica, con la mirada perdida en el y en como le quedaba la ropa que tenia puesta, dejando ver su cuerpo bien tonificado, no la culpo, creo que yo estaria igual, o peor...

Cuando se dio la vuelta para buscar una mesa, "trate" de hacerme la distraída volviendo a mirar hacia afuera.

Segundos despues de hacer como si nada paso, escuche que me hablan...

-Disculpa, esta ocupado?- Dijo y yo sin mirar, negué

-No, estoy solo yo- Y en ese momento lo vi, parado, a punto de sentarse, con su café en la mano.

Me dio una sonrisa tierna y prosiguió a sentarse, se formó un silencio un tanto incómodo, después de todo era un extraño, no sabia nada de el, solo su nombre. Pero a los segundos de pensar eso, rompió el silencio.

-Como te llamas? - dijo mirandome directo a los ojos, me puse un poco incómoda, su mirada me transmitia algo especial, sentia como si pudiera ver a través de mi.

Al mirarlo me di cuenta de pequeños detalles de su rostro que a distancia no pude notar, como por ejemplo lunares o sus cejas muy bien delineadas, tenia unos labios, carnosos, muy rojos, daban una apariencia de ser muy suaves y en ese momento parecía una estupida mientras lo miraba, sin emitir una sola palabra.

-Disculpa, se que soy lindo pero me vas a desgastar si me sigues mirando así - Dijo mientras chasqueaba los dedos para hacerme salir de mi transe, y tenía razón, era hermoso, con todas las letras, aunque un poco egocéntrico.

-Lo siento, que decias?- dije, incrédula.

-Que cual es tu nombre?- Dijo riendo mientras agachaba la cabeza con una sonrisa.

-Lia, me llamo Lia. -dije con una sonrisa.

-Que lindo nombre, se nota que no eres de aquí, no solo por tu nombre, sino que tambien por tu rostro- dijo sin expresión alguna, solo me miraba.

-Mi rostro? Que tiene que es tan diferente?- dije algo confundida.

-Pasa que eres muy linda, no es muy normal ver a chicas tan lindas como tu...-

Al decir eso, me sonrojé, rápidamente, en ese momento me limité a sonreír y agachar mi cabeza, no podia creer que con tan solo decir eso me hiciera sonrojar de esa manera.


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𝒫𝓇𝑜𝓂𝒾𝓈𝑒. 𝓅𝒿𝓂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora