SEIS

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El verdadero nombre de Blanca era Ziyi, como Ziyi Zhang, la actriz de Tigre y dragón, La casa de las dagas voladoras o Memorias de una geisha. Sus padres la habían adoptado, trayéndola desde Chengdú, en China, a los tres años. Desde entonces se llamaba Blanca Roura Pons, aunque sus rasgos denotaran claramente su origen. Entre los chicos había división de opiniones. Para algunos era una preciosidad, angelical y pura. Para otros, directamente fea, de perfil plano porque carecía de nariz. Sin embargo, la dulzura de sus ojos, la línea de sus labios y, por encima de cualquier otro atributo, su tono de voz, lleno de ternura, la dotaban de rasgos más que singulares frente a sus compañeras. Por si esto fuera poco, Blanca era brillante en todo. Un ser singular.

Diferente.

Por esta razón Vanessa, Cristina y Carlos la habían preferido al resto de testigos para el siguiente paso en la reconstrucción de los hechos del día anterior.

Blanca alcanzó la silla de los declarantes como si flotara. Sus pasos eran siempre cortos. Su carácter, mezcla de su país de adopción y de lo que pudiera mantener de la carga genética de sus ancestros, era amable y comedido, poco dado a la expansión, aunque cuando se soltaba... Entonces podía ser tan o más gamberra que todas ellas. Una simple cerveza la «colocaba».

Vanessa la apreciaba. Cristina era su mejor amiga, pero habría dado lo que fuese por aproximarse más a la chica china, sumergirse en su exotismo. De haber estado en la misma clase, habría sido más fácil.

Aquella magia...

--¿Dispuesta?-- le preguntó, rompiendo el nuevo silencio impuesto en la sala.

--Oh, sí, por supuesto-- asintió Blanca con movimientos de cabeza rápidos.

--¿Cómo te enteraste ayer de lo sucedido en tu clase?

--Cuando sonó el timbre y regresamos al aula, por los restos de la conmoción que había dejado la pelea.

«Restos de la conmoción».

Hablaba con propiedad, sabiendo dónde, cuándo y cómo emplear cada palabra.

--¿Había comenzado ya la clase?

--No, porque era la hora de Matemáticas y el profesor Sanjuán estaba en dirección con Eric.

--¿Estabais solos?

--Sí.

--¿Qué se decía en clase?

--Que Gabriel había destrozado el móvil que los padres de Eric le habían regalado por su cumpleaños; el nuevo.

--¿Y?

Blanca Roura pareció no entender la pregunta.

--Bueno, no sé... Estábamos divididos.

--¿En qué sentido?

--Unos decían que a Eric le estaba bien empleado; otros, que Gabriel se había pasado; otros más, que Eric iba a matarlo... No se hablaba de otra cosa.

Eric Padilla miró hacia atrás, sin duda buscando con la mirada a los del primer bloque, los que habían dicho que «le estaba bien empleado», para tratar de identificarlos.

--¿Entonces regresó el profesor Sanjuán?

--Sí.

--¿Qué hizo?

--Inspeccionó el suelo del aula, primero en torno al lugar de los hechos, y después el resto.

--¿Os dijo qué buscaba?

Sala de conflictosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora