Crónicas de la máquina pensante, Drake...
...
Nave Fundator, Inmediatamente después del interrogatorio de Samuel Adeodato...
El silencio inundaba el ambiente, un brillo escarlata al suelo de la habitación, pero mi cabeza no podía dejar de pensar en cosas tan caóticas como dolorosas...
Hacía un par de minutos o menos, casi fui testigo de un crimen y aunque parecía sereno al respecto, me estaba afectando titánicamente. Cuando me lo preguntan, suelo decir que la guerra me ha endurecido, que la misión y la causa son más importantes que todo; sin embargo, esto me superó por completo.
Un niño, un niño casi es brutalmente asesinado frente a mí y si tan solo dudaba un segundo más, la historia hubiese sido distinta. He visto este tipo de escenas antes: He peleado en campos de batallas, perdido aliados y amigos, y acabado con múltiples adversarios; no obstante, aunque quiera hacerme creer que no tengo idea de nada, sé por qué me estoy poniendo de esta manera.
He sido expuesto a las crueldades de la guerra, en teoría estoy programado para soportar todo esto... Pero verlo quebrarse, verlo fuera de sí me hizo tomar acción de una manera que jamás habría pensado, y no hablo del niño.
En el suelo de aquella habitación, la sangre se secaba más y más con el paso de cada minuto y después del gigantesco alboroto, solo quedaba un inmenso silencio entre los dos individuos que nos encontrábamos en la misma.
Pese a notarse en nuestros ojos, mecánicos o no, que teníamos mucho que decir, ninguna palabra fue emitida. No podía ni verlo a la cara, estuvo a nada de hacer algo terrible, pero irónicamente lo que más me preocupaba era el hecho de que yo había intervenido y al parecer...
A mi amo también.
Mi mirada seguía siendo evasiva, pendiente al piso y a los detalles mínimos que se podían ver en ese particularmente pequeño salón, pero podía sentir como la suya se mantenía dirigida a mí, buscando respuestas.
—Drake, ¿por qué lo hiciste? —me preguntó Silas llamando mi atención, con confusión en sus ojos.
Mi respuesta fue tan nerviosa como instantánea.
—A qué se refiere, se—
—Sabes exactamente a qué me refiero —fui interrumpido por mi amo—. ¿Por qué él sí merece la salvación? ¿Por qué interviniste?
Sus preguntas eran firmes, el jugueteo de mis servos constante, y mi respuesta...
Una vil farsa.
—Yo... —me enredaba, a la par que era confrontado por los rojizos ojos de Silas—. Realmente no lo sé.
Los dos nos quedamos en blanco por un momento, y yo seguía sin saber que decir para satisfacer su curiosidad. Pese a que le respondí, ambos sabíamos que esa no era la respuesta correcta a su interrogante y la decepción invadió la expresión de mi amo.
Él dio un suspiro, uno agotado y envuelto en apatía, y simplemente se retiró de la habitación. Yo no podía hacer nada para detenerlo y solo reflexionaba mientras la mecánica puerta del cuarto se cerraba, dejándome solo y pensativo.
Antes todo era mucho más sencillo, solo debía cumplir órdenes y ya, pero ahora todo era muy distinto. Ahora tengo emociones, sentimientos que procesar; y no me refiero a que fuese indiferente de alguna manera a los mismos en el pasado, sino a que al ser un robot no los tenía, o al menos no desde mi creación.
Él, aquel hombre de cabellos azabache y ojos rojos como el fuego, era quien había implantado el sentir en mí, pero aunque en cierta medida agradecía el poder disfrutar de algo tan bello, más que dicha, todo esto de las emociones solo me había traído...

ESTÁS LEYENDO
Planet Chronicles: Levántate y pelea.
Science FictionUn mundo distante... El planeta tierra no existe y estos cinco individuos cuanto menos extraños, de alguna manera u otra harán contacto en esta gigantesca nave de guerra. No se dejen engañar por las apariencias, no teman en conocer a estos sujetos...