Hasta el peor de los monstruos tiene corazón.

70 33 6
                                    


Crónicas del dañado líder del movimiento terrestre, Silas Dumacci.

...

— ¡MALDITO TRAIDOR! —grité a los cuatro vientos en el preciso momento de verlo retirarse en esa pequeña nave.

Él tal vez no se dio cuenta, pero lo observé mirándome desde una de las ventanas de aquel azul grisáceo transporte en el cual se encontraba y ante ello no hice más que explotar. Fue cuando dejó de verme, fue cuando sentí culpa en su mirada y allí, muy cerca al vacío del espacio, en esa desértica bahía de naves mi corazón se rompió.

Pude dispararle, pude hacer que su nave explotase en mil pedazos, pero algo en mí siempre me detuvo. Pude asesinar al niño, dos veces, pero no lo hice porque una fuerza dentro de mí no lo quiso así, pero eso ya no pasaría más, ya no, y esa fuerza sería...

Erradicada de raíz.

...

PLANET CHRONICLES

Capítulo 29

"Hasta el peor de los monstruos tiene corazón." Eso solía decirme mamá cuando le preguntaba por qué se había casado con mi padre. Me contó que todo el mundo lo veía como un malvado, un ser inmoral y excesivamente autoritario, pero ella no, ella vio algo más allí y ambos fueron muy felices hasta su muerte. Sin embargo, dicho corazón nunca fue presenciado por mis ojos. Papá fue frío conmigo desde siempre, pero cuando mamá murió, allí pude notar que aunque no lo admitió nunca, realmente la amó.

A pesar de su mal trato hacia mí y la pérdida de mamá, logré salir adelante, no fui un monstruo y eso fue porque tenía a alguien a mi lado. Me sentía satisfecho, no necesitaba a nadie más en mi vida, solo a Drake, quien era leal, comprensivo y sincero, pero... Drake ya no está, y lo más gracioso, es que se fue con ese maldito niño... ¡Hijo de la gran puta! ¡QUE SE ATREVIÓ A QUITARME TODO LO QUE ME QUEDABA!

— ¿Señor?

Era mi secretaria y se encontraba algo asustada. Yo había dejado de golpear ese saco de boxeo que tenía en frente mío y le di una mirada interrogante, exigiendo su respuesta.

— Logramos identificar el destino del transporte que estaba buscando y—

— ¿Dónde demonios están esos infelices?

— Yo-yo no lo sé señor, pero el general Jefferson le pidió una junta para discutir algo relacionado a ello. —contestó con nerviosismo.

Caminé rápidamente hacia la salida del salón de entrenamiento en el que me encontraba y ella, que estaba allí, se había protegido con sus brazos. ¿Acaso tan amenazante me había vuelto? ¿Acaso me estaba convirtiendo en un monstruo como mi padre? Ya no me importaba más, debía dejar de preocuparme por las personas, porque solo así...

Podré cumplir mis objetivos por una maldita vez.

...

El niño... No podía pensar en nada más. Lo vi correr hacia mí, mostrándome sus ojos asesinos. Era tan pequeño, se veía tan frágil y aunque no tuviese su brazo seguía luchando. Tenía ese espíritu, que me hacía recordar al joven Silas de hace muchos años atrás, por lo que, en ese momento, le perdoné la vida y no supe nada de él. Luego volvió, se llevó a Drake y ahora solo deseaba matarlo, ahora solo podía ver lo estúpido que había sido y que el perdón es un concepto que no se puede tolerar, al menos no en esta guerra.

Planet Chronicles: Levántate y pelea.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora