Capítulo 15: A nadie le gusta un chico bueno

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La incomodidad entre Alexander y yo continuaba escalando. A cada hora, cada día, se sentía peor. Una semana más tarde de haberme acostado con James, sentía que estábamos a punto de explotar. Él no se disculpó por nada de lo que había dicho en el campus, y yo no me molesté en hablarle tampoco. ¿Qué se creía? Tenía un poco de orgullo —machacado y lastimado, pero qué más daba— Y no iba a dejar que me gritara cosas hirientes para luego hacer como si nada. Desgraciadamente, yo no era para nada como él.

Lo cierto era, que tenía material para confirmar lo que me había dicho en la universidad. Cuando volvimos el jueves pasado, Summer me hizo confirmarle lo evidente: me había acostado con James; y luego me había dado un sermón de veinte puntos sobre por qué no era bueno para mí. Agradecía la preocupación, sin embargo, no estaba de más decir que un poco más de discreción no hubiera estado mal. Todo el piso debería haberse enterado de lo que había ocurrido con mi exnovio, y entre ellos, Alexander.

En cuanto a James... evitaba verlo lo más posible en la universidad. No le había agradecido por devolverme el gorrito —que me había traído más problemas que soluciones—, y él había dejado de buscarme.

Lo que estaba... bien.

Cuando no me lo cruzaba en los pasillos, mi día se sentía un poco más liviano, y un poco menos doloroso. Lo mío con James era un ciclo interminable que debía acabar en algún momento, todavía lo tenía presente, y cuanto más lo veía, más difícil se me hacía.

Por eso cuando Jacob me invitó formalmente a una cita —a otra— creí que aceptar sería una buena idea.

No me miren mal, no tenía nada malo. Quizá Bastian tuviera razón y no me gustaba para nada, mas una cita no hacía daño. No habíamos establecido nada formal, ni expectativas, solo sería una noche en que ambos saldríamos y nos divertiríamos. Serviría para despejarme. Y si al final de ella no quería verlo... se lo diría. De la misma forma en que lo haría si, por el contrario a lo que todo el mundo pensaba, me encantaba con su forma de ser.

Me confundía el hecho de que no había ocurrido todavía, y continuaba atribuyéndolo a de que continuaba herida por todo lo que había ocurrido con James. Porque Jacob era todo lo que me gustaba: divertido, amable, fresco, caballeroso y a veces era un poco atrevido. Sin embargo, no me cautivaba ni un poco.

— ¿Estás bien? No has tocado tu comida.

Parpadeé ante la voz de Cass, y Summer me dio una mirada de reojo. Obviamente, la pelinegra no estaba enterada de lo que había ocurrido con James, y no planeaba que lo hiciera. Como siempre, pensaba dejarlo todo en el pasado.

Asentí.

—Sí, solo estoy algo... cansada. Eso es todo.

— ¿Por? Dime que mis padres no te están exprimiendo en Pizza Palace. Ya les dije que eso de torturar a mis amigos no está bien.

Sonreí.

—Tus padres me tratan mejor de lo que deberían. Es una mezcla de todo... el trabajo, la universidad. Me estoy matando para terminar uno de mis trabajos.

—Bueno, puedes relajarte con nosotros esta noche. Obligaremos a Alexander a que cocine, y haremos un maratón de Star Wars, ¿Vienes, Cass?

Mordí el interior de mi mejilla. A pesar de que no estaba demasiado interesada en la franquicia, no sonaba un mal plan para nada. Aun así, tuve que negarme.

—No puedo —admití.

La morena entrecerró sus ojos hacia mí.

— ¿Por?

Destruyendo al chico ideal (CI #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora