ALEXANDER
Apoyé ambos codos sobre la mesada de la cocina, reclinándome hacia adelante sin poder siquiera pensar en detenerme. Mis ojos se clavaron de forma poco sutil en el escote de Harmony cuando su cuerpo se inclinó hacia mí. Llevaba una de esas blusas ajustadas pequeñitas y que tenía más pinta de pertenecer a Cassandra que a ella.
Tragué grueso, sintiendo un cosquilleo recorrerme entero, y me obligué a devolver la mirada hacia Nina, que ya me estaba observando con una ceja alzada.
«Atrapado».
—No lo sé... sabes que los clubes no son lo mío —contesté finalmente.
Bastian sonrió con sorna, al igual que siempre, mientras tamborileaba sus dedos sobre la superficie de mármol, inquieto.
—Yo creo que la pasaste bastante bien la última vez.
Casi me habían vomitado encima, yo no diría que había estado «bien».
Aunque las cosas no estaban excepcionales entre Harmony y yo, nada pudo haberme dado mayor satisfacción que ser testigo de la forma en que se sonrojaba y apartaba la mirada.
¿Hasta dónde llegaría ese sonrojo?
Mi mejor amiga me despojó de mis pensamientos pellizcándome levemente el brazo.
—Anda, vine para pasar tiempo contigo.
Suspiré.
Los clubes no eran mi ambiente. No me gustaba la música a niveles que mis oídos no podían soportarla, me convenía mantenerme alejado de la bebida, y no me gustaba la aglomeración de personas desconocidas y borrachas hasta la inconciencia. Asistía a veces, sí, cuando Nina y Caelum se ponían muy pesados, o como la vez anterior, porque Summer había insistido... mas no eran mi lugar favorito.
Estuve a punto de volver a negar, cuando Harmony colocó una de sus manos sobre mi abdomen, con cuidado. Agradecí que tuviera la amabilidad de no ser demasiado brusca, porque no solo se me habría detenido el corazón, sino que también iban a dolerme las heridas. Continuaban ardiendo, y veinticuatro horas luego de la pelea con James solo se sentía peor. La pelirroja me dedicó una sonrisita, pequeña, y yo ya estuve dispuesto a aceptar lo que fuera a decirme.
«Arrastrado».
—Por favor... me metieron a mí también en esto —insistió—. ¿Qué vas a hacer sino? ¿Quedarte aquí toda la noche?
Sí, no sonaba nada mal.
Summer tiró de mi brazo izquierdo.
—No seas un amargado.
Sonreí.
— ¿No decías que ya lo era?
—Más de lo que ya eres.
Acabé soltando un suspiro, sabiendo que estaba acorralado.
—Está bien.
Nina esbozó una sonrisa victoriosa, aplaudiendo varias veces. Cassandra la observó como si estuviera desquiciada, aunque ella, ajena a todo, le dio una mirada a la pantalla de su celular.
—Bueno, vayamos a prepararnos.
La pelinegra alzó una ceja.
— ¿Ahora?
Las pocas veces que Nina y Caelum me habían conseguido arrastrar para salir, había sido consciente del largo proceso que le tomaba a mi mejor amiga prepararse. Era, por lejos, la persona más coqueta que había conocido —no la sobrepasaba mi hermana pequeña, aún, porque era una niña—. Le gustaba lucirse en todos los aspectos y había aprendido de mala forma, que eso llevaba tiempo. Demasiado para el gusto de cualquier persona.
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Destruyendo al chico ideal (CI #1)
Romance«Bienvenido a Date, you!; donde encontramos a la persona adecuada para ti». Harmony Johnson anhelaba ser la protagonista de una historia de amor con un chico perfecto. La nueva aplicación y página web que había causado revuelo por toda la universida...