Capítulo 21: Como antes de todo

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Me coloqué la enorme cazadora de invierno por encima del uniforme de la pizzería, y luego quité mi cabello del medio. Me calcé mis guantes gigantes, y mi gorrito sobre la cabeza. Jasper me observaba en silencio. Acabábamos de terminar el turno de la noche, él estaba esperando a que Teressa volviera del baño. Alexander, como era costumbre, mantenía una conversación animada con Joy.

Jamás creí que alguien podría caerle bien a ese hombre.

— ¿Dormiste esta semana? —indagó el castaño, escrutándome.

Meneé la cabeza, haciendo una mueca con los labios.

—La verdad es que no mucho. Las clases me están matando, y tengo cuatro trabajos atrasados.

—Eso es porque dejas todo para último momento.

Sonreí.

—Tal vez. Volveré a estar bien cuando se termine el semestre.

No se vio muy convencido.

—Har...

Coloqué ambas manos sobre sus hombros y sonreí con más énfasis todavía.

—No te preocupes por mí, Jas, estoy bien —aseguré.

—Sabes que puedes hablar conmigo, ¿No? —No respondí—. ¿Iras a ver a tu tía en las vacaciones?

¿Cuánto iba a tardar Teressa?

—Supongo. Kyla vive regañándome porque no voy a verla nunca.

Tenía un poco de razón, la última vez que había visitado a mis tíos había sido para año nuevo. No quería ni pensar en lo grande que iba a estar Oliver cuando fuera. La última vez me llegaba al hombro, lo que era bastante para un niño de catorce años.

Alzó la cabeza un poco para alcanzar mis ojos. Apenas era un par de centímetros más bajo que yo, aun así, cuando me ponía de puntillas mis ojos daban con su frente.

— ¿Y vas a ir al cementerio?

—Puede ser.

Jasper volvió a suspirar, llenándose de paciencia, como siempre. Pobrecito, era el único cuerdo que tenía que soportarnos a Teressa y a mí, y nunca emitía ni una queja. Ni siquiera necesitaba el dinero, podría renunciar a Pizza Palace cuando quisiera.

Sin embargo, no lo hacía.

Las vacaciones de inverno comenzarían la semana siguiente, lo que significaba que estábamos cerca de las dos semanas más relajantes para la mayoría de los universitarios.

No para mí.

Habría dado cualquier cosa por poder mantener la cabeza ocupada durante aquellas dos semanas.

— ¡Lista!

Los dos giramos la cabeza hacia Teressa, que caminaba hacia nosotros ya sin su uniforme, sino con unos vaqueros y una polera en la parte superior. Me pareció ver que Joy se giraba a verla con disimulo.

Jasper intentó hacer lo mismo conmigo.

— ¿Segura que no quieres que los lleve? —interrogó él—. Sabes que siempre tengo lugar en el coche para ti, y ya tengo que desviarme para llevar a Tessa.

Sonreí.

—Está bien, Jas, de verdad. Solo son cinco calles.

Asintió sin estar del todo seguro, y contuve una risita. Tenía el espíritu de un hermano mayor sin importar con quien estuviera hablando.

Destruyendo al chico ideal (CI #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora