Capítulo 5: Dios de pactos ༄

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Dios no es un simple mortal para mentir y cambiar de parecer. ¿Acaso no cumple lo que promete ni lleva a cabo lo que dice?

Numeros 23:19 (NVI)

El chico ensayaba frente al piano, pensando en todo lo que no conocía de la chica

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El chico ensayaba frente al piano, pensando en todo lo que no conocía de la chica.
Sabía que ella era inteligente. Sus notas estaban por encima de la media de la universidad con mejores calificaciones de la ciudad.

Liz hablaba poco. También salía pronto de la universidad y estudiaba sociología a diferencia de él que estudiaba Geografía e Historia.
No podía saber mucho más pues hasta el incidente de la azotea no había tenido una conversación con ella.

-Allan - habló Cathy entrando. Cerrando la puerta tras de sí.

-Dime

-Sé que volvieron tus pesadillas,ayer te escuché y ... Si quieres hablar sabes que puedes hacerlo. Estoy aquí para lo que necesites

-Lo sé hermanita - contestó sin dejar de tocar las teclas blancas y negras. Aquella melodía le trasmitía tanta paz que su corazón angustiado por el recuerdo se calmaba.

Si En mi vida hay duda en plena noche oscura
Él extiende sus brazos de amor.

-Pero Allan si quieres hablar...

-Gracias Cathy. Estoy bien

La morena le abrazó y salió de la habitación dejándole con la canción y sus pensamientos. Sus dedos se detuvieron y apagó el piano, en dos horas iría a recoger a la biblioteca a Liz para ir a la iglesia. El joven caminó hacia su habitación. Entró. Se arrodilló a orar no sólo por él sino también por ella para que el Señor Jesús hiciese su obra de salvación.

***

Liz entró al templo. Una señora de pelo castaño y camisa blanca la saludó con una sonrisa. Ella ni siquiera era capaz de mirarla a los ojos, no confiaba.

-Dios te bendiga

-Dios te bendiga Sara -respondió Allan con amabilidad -.Te presento a Liz

-Encantada Liz. Bienvenida

Esa señora se veía aparentemente feliz -porque no creía que esa sonrisa fuese real- ni esa amabilidad.

"Todos tienen una mascara que oculta lo que son" pensó Liz. Su memoria analítica le permitía recordar casi al detalle cada rostro y expresión de las personas que la rodeaban. Siempre y cuando decidiese prestar atención al exterior más que a su interior. A lo largo de su corta vida había visto multitud de personas fingir algo que no eran para quedar bien delante de otros. Muy visto en el iglú. Lo detestaba.

Allan caminó y se sentó en una silla.
Se arrodilló. Ella permaneció sentada.

"Se arrodilla cómo si Dios pudiese oírlo o cómo siquiera existiese" volvió a pensar la chica con fastidio. "Voy a respetar su creencia pero sin entrar en ella"

Indeleble ©✔︎ (SGL1) [Cristiana]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora