Capítulo 3.

20 3 1
                                    

El joven llevaba tres días allí. El primero planearon hacerle la fiesta de bienvenida, como se la hacían a todos los recién llegados, pero cuando lo encontraron estaba durmiendo en el comedor, por lo que prefirieron dejarlo allí. Al día siguiente el novato sin nombre se pasó el día entero junto a Newt, lo ayudó en su trabajo y hablaron de todo lo que podían, el área, los pocos recuerdos que tenían y cosas al azar. No se separaron en ningún momento ya que en la hora del almuerzo comieron juntos. Los dos se entendían muy bien y se llevaron de maravilla, por lo que confianza y la amistad se formó enseguida.

 En la noche el novato tuvo su fiesta, probó la bebida especial de Gally y peleó con este, dándose un buen golpe en la cabeza.
 Y ahora, al tercer día, estaba parado frente a uno de los muros con Newt a su lado.

-Una vez que escribas tu nombre serás parte de la familia, Thomas.

 Lo hizo. Le costó un poco al principio, pero logró grabar su nombre en aquel muro, entre tantos otros.

-¿Por qué estos están tachados?

-Días oscuros -contestó el joven en un suspiro.

 Hubo un silencio, no había nada más que decir, hasta que la curiosidad de Thomas apareció.

-Newt, ¿puedo preguntarte algo? -dice viéndolo y siendo visto.

-Claro -contestó con simpleza.

-¿Por qué tú cojeas al caminar?

 Newt permaneció en silencio, dejó de ver a Thomas para observar el muro, todos los nombres, todos los habitantes. Pero su vista se detuvo en un nombre. Siete letras. Sonrió ante el recuerdo y luego miró levemente al suelo.

-Otro día te cuento la historia, Tommy, Vamos.

 Newt tomó los objetos que el nuevo había utilizado para escribir su nombre y volvió a su trabajo, en la huerta, mientras Thomas le hacía compañía al habitante más chico del Área, Chuck.

Maze runnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora