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Estábamos a la entrada de la ciudad, entre unos grandes árboles que nos bloqueaban la vista de las casas.

Hasta la mínima pizca de sueño que pude haber sentido esa noche se esfumó cuando, frente a mis ojos, el gran pelaje de la bestia comenzó a caer al suelo desapareciendo enseguida, y como su espalda se ponía recta y el color de la piel humana se hacía presente. Y entonces, antes de acabar la des transformación completa, corrió a los árboles y se quedó ahí, escondido.

Tomé esos minutos para alargar mi mano y pellizcar mi mejilla, nada podía ser real, todo tenía que ser un sueño.

—Taehyung —Jungkook salió de los árboles con un pantalón y una camisa mal puesta. Yo brinque.

Mi labio inferior temblaba y mis piernas flaqueaban, pero no estaba asustado, estaba impactado. Yo sabía desde un principio que aquel animal era Jungkook, y ahora que lo comprobaba, impactaba el doble. Era como ver las telenovelas de la noche, sabes perfectamente que Richard tiene un hermano gemelo escondido, pero aun así no terminas de impactarte cuando lo escuchas por su propia boca, o lo vez con tus propios ojos. Como yo.

Mi mente jamás estuvo cerrada a aquel mundo desconocido, yo sabía que lo que escuchaba era verdad, y por lo tanto, sabía que lo que veía era verdad, y el hombre parado frente a mí era de verdad.

— ¿Asustado? —su voz sonaba más ronca que la última vez que la escuché. Sonaba más salvaje.

—En parte —era raro, pero lo seria aún más si no estaba algo asustado por todo aquello —Estoy más... impactado.

—No debiste irte de esa manera.

—No debiste evitar mis preguntas —sus ojos negros me miraron con culpabilidad, y no pude evitar sentirme mal. Fue mi carácter el que me jalo fuera de la tienda, no él. Y fue mi pésimo gusto en conocer personas que estuve punto de morir, no podía culparlo a, la mayoría de la culpa era mía. Él solo intentaba hacerme la vida más fácil, no de la manera correcta para mí, pero lo hacía —. Aún no te he dado las gracias ¿Verdad? Pues... Gracias, ya sabes... por salvarme la vida.

—De nada —sonrió mostrando sus colmillos, di un brinco y él lo notó —. Ah, lo siento. El efecto de los colmillos y las garras pasara dentro de unos minutos —se disculpó mostrando sus manos con las largas y puntiagudas garras caninas.

—Yo debería estar acostumbrado a las sorpresas —sonreí de lado. Un poco de humor cabía bien en este momento.

—Hay cosas que nunca paran de sorprender.

Era cierto, tenía la sensación de que, desde ahora en adelante, abría muchas cosas que me sorprenderían.

Llevé mis manos y acaricie mis sienes, tenía un potente dolor de cabeza. Jungkook no lo dudó ni un minuto y se acercó a mí a paso rápido, esta vez no retrocedí. Sonaría extraño viniendo de mí, pero necesitaba un abrazo consolador. Pero no me abrazó a mí pesar, paso un brazo por mis hombros y el otro por detrás de mis rodillas. Solté un gritito ante la sorpresa y me sentí avergonzado por creer y querer que me abrazara. Y en vez de eso, me levantó de una jalada como si no pesara nada y camino entre los árboles, atravesando la calle de cemento, y llegando a un Mercedes azul.

Abrió la puerta sin complicación y, delicadamente, me sentó dentro. Dando un salto para aparecer del otro lado del auto.

—Ponte el cinturón de seguridad —eso sonó como una orden, pero mucho más amable.

— ¿Por qué el auto? —pregunté cuando me ponía el cinturón. Él me miró con cara de incrédulo y yo caí en cuenta —. Las personas no están acostumbradas a enormes bestias caminando por la calle ¿Verdad?

Moon GhostºKVº ADAPTACIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora