Luego de mi incidente en el baño de la gasolinera, y de humillarme públicamente frente a todos los pobres hombres que trabajaban ahí y la poca gente que pasaba por el lugar; Jungkook decidió que era suficiente humillación para mí por un día y se le ocurrió, para variar, ir a un restaurante para volver a llenar mi estómago... y de paso el suyo.
Encontró a un restaurante familiar con un menú lleno de variaciones. Por un lado, algo ligero para mí sensible estómago, y por el otro, mucha grasa para su hambriento agujero negro. Nos sentamos en unas de las mesas del centro mientras me hacía gracia la idea de que esta era la segunda vez que entraba en un restaurante y cuan diferente era.
Para comenzar, estaba el hecho de que ya no me molestaba —tanto— que hubiera gente a mi alrededor. Lo segundo; era que la última vez que estuvimos, tuvimos que sentarnos en una mesa de seis personas para hacer el metro de distancia.
Verdaderamente, muchas cosas habían cambiado en este tiempo. Demasiadas cosas en realidad.
Volví mi atención al plato. Un pequeño trozo de carne con una extraña combinación de frutas y verduras, ligero para mí estómago y esperaba, casi rogando, que no tuviera que devolverlo en unas siete horas más.
Mire a Jungkook que comía a una velocidad sobre humana, devorando hasta los últimos rastros de cualquier alimento en su plato. Sonreí con gracia antes de que los vellos de mi nuca y mis brazos se erizaran y un escalofrió recorriera mi espalda como un rayo frío. Tenía y sentía la leve impresión de que alguien me estaba mirando, con una mirada bastante potente de por si. Volteé ligeramente mi cuello mirando sobre mi hombro a las pocas personas que estaban detrás de mí riendo y sin prestarme la menor atención. Volví a mirar a Jungkook que actuaba normalmente. ¿Sería mi imaginación? ¿Sería quizás que estaba sobre-estresado con tantas emociones juntas?
Eso era muy probable.
Sin embargo, el escalofrío en mi espalda seguía haciendo a mis movimientos lentos y torpes. Cuando por fin salimos de ahí, mis nervios estaban demasiados a flor de piel para querer subirme nuevamente al auto. Así que, por unos minutos, nos dedicamos a caminar y pasear hasta decidirnos entrar en una disquera.
Al entrar, el frío aire acondicionado me hizo templar un poco y abroché el cierre de mi sudadera antes de soltar la mano de Jungkook y caminar por los pasillos repletos de nombres de artistas que apenas si conocía. Me moví por las baldosas brillantes que reflejaban de manera nítida los cuerpos sobre ella, y cuando encontré un nombre que bien me conocía de memoria, volví a paralizarme.
La caja del CD tembló en mi mano mientras yo, sin respirar, miraba pasmada la mirada negra y penetrante del chico delante de mí... que me miraba con cierto rencor. Intenté calmar la manera en la que mi loco corazón latía sin razón ante tan rencorosa mirada. Intenté recordar, sin éxito, si alguna vez vi a aquel chico en mi vida, y si le hice algo tan terrible como lo era su mirada. Pero era imposible, era la primera vez que visitaba esa ciudad y era la primera vez que veía a ese chico.
Intenté apartar la mirada, pero el pánico me invadió de golpe al encontrar en él una característica típica de mis pesadillas. Era hermoso.
Mi sangre se detuvo en mis venas y las puntas de mis dedos se pusieron rápidamente heladas. El brazo de Jungkook alrededor de mi cintura me hizo saltar y volví a respirar. Pero el pánico aún no pasaba.
Ambos sostuvieron sus miradas, peleando en un mundo donde yo todavía no podía entrar.
—Vamos —me dijo y su voz, tan gutural como siempre después de su transformación o cuando está a punto de hacerla, me hizo estremecerme. Y sin voltear a ver nuevamente al chico, dejé el CD y Jungkook me guío fuera de la tienda.
ESTÁS LEYENDO
Moon GhostºKVº ADAPTACION
AcakSiempre me era casi imposible ser normal o común, sabía perfectamente que yo jamás seria como una persona normal-no me importaba serlo de todos modos-. Mi madre decía que era una bendición, los doctores decían que eran alucinaciones, y yo decía que...