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Estornudé y un escalofrío recorrió mi espalda. Era un perfecto pretexto para apoyarme más contra Jungkook y que él me brindara todo su calor corporal cuando me pasa el brazo sobre los hombros y sujeta mis manos frías. ¿Podía haber lugar más feliz que este?

Luego de que llegáramos a casa, comprobamos que no había nadie, ni siquiera el pequeño Ji Hoon. Por lo tanto, era la ocasión perfecta para estar apegados el uno al otro sin miradas indiscretas. Me encogí aún más en el sofá y me tapé hasta los hombros con la pequeña manta que Jungkook me había prestado. En la tele, estaban pasando la película 'the others' y yo no podía estar más confundido, ¿Quién era fantasma y quién no? Mejor, me concentraría en cosas que realmente fueran importantes, como por ejemplo; Jungkook.

Levanté un poco el rostro para poder ver su cara, ¿Era posible aburrirse de él? Para mí, era prácticamente imposible. Mi vida —siendo lo más sincero que una persona de veintidós años puede ser— se dividía en un antes y un después de Jungkook, ¿Cómo había logrado pasar los días cuando él no estaba? Ya no podía recordarlo. Y si lo hacía, era como un ver una película casera vieja, donde todo es gris y deprimente.

La conversación de ésta tarde me hizo por fin, luego de muchos mareos, mariposas en el estómago y fuertes ganas de besarlo, entender que todo lo que había sentido hasta el momento era simplemente una palabra. Fruncí el ceño y arrugué la nariz, ¿Cómo podía ser malo sentir lo que estaba sintiendo? ¡Totalmente absurdo! No había nada realmente malo en sentir esto. Si hasta el momento, ellos solo se casaban entre ellos, era por esa tonta regla que impedía que las 'razas' se juntaran, porque estaba un 99,9% seguro de que habría más de una pareja mixta a estas alturas.

—No entiendo cómo pueden haber reglas tan tontas —dije totalmente fuera de contexto, pero las palabras salieron como veneno de mi boca. Jungkook se acomodó un poco para poder mirarme, su mejilla estaba casi rozando mi frente.

—No puedo creer que aún pienses en eso —me dijo casi divertido. Yo volví a fruncir el ceño, ese era un tema delicado, por lo menos para mí.

—Y lo seguiré pensando por mucho tiempo más —claro que lo haría —. Es que es... ¡Tonto!

—Tienes un grave problema para encontrar palabrotas —rió y yo inflé las mejillas.

—Ese no es el punto. ¡A mí realmente me molesta! ¿A ti no?

—Humm, hay cosas que me molestan más.

— ¿Cómo qué?

—Que sigas pensando en eso.

— ¡Jungkook!

—Lo digo muy seriamente. No te rompas la cabeza pensando en eso, es 'tonto' —sonrío.

—Siento que soy el único que realmente está sintiendo... esto —me encogí de hombros y me separe un poco de él. Hasta ahora, el rechazo jamás había formado parte de mi vida. O así es como yo lo tomaba.

Ahora comenzaba a tener dudas, ¿Él realmente sentía algo por mí? Y si ese fuera el caso, ¿Rompería una regla que ha estado por millones de siglos en su familia, solo por ?

Me sentí desconcertado y temeroso al no saber lo que pensaba. Sería demasiado fácil entrar en su mente y saber que era lo que pensaba con respecto a mí, pero lo malo, es que me detectaría incluso antes de poder saber completamente. Y eso ciertamente me irritaba más de lo debido.

Apreté los labios y bajé el rostro, ¿Qué se supone que se debía hacer cuando uno era rechazado? ¿Correr a casa de su mamá y llorar mientras le cuentas todas tú penas? ¡Error! Estaba a horas de distancia de mi madre. Y en ese pueblo no conocía a nadie además de la familia de Jungkook, ¡Ni siquiera había salido de la casa a la ciudad desde que llegué! ¿Cómo se supone que corra y me esconda en el regazo de alguien que ni siquiera conozco?

Moon GhostºKVº ADAPTACIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora