—Me parece muy tonto eso de enviar cartas. —dijo Hagakure, Setsuna y él voltearon confundidos por ese comentario tan fuera del caso. —¡Podemos simplemente decirlo frente a frente!
—A ver, di que sientes por Midoriya. —Un fuerte rojo coloreó las mejillas extremadamente blancas de la muchacha pero se recompuso e ignoró su propio sonrojo para voltear a ver los ojos verdes y quedarse embobada en estos.
—Pues... te quiero, ¡Sí! Eres un chico genial y amable, que... En pocas palabras eres guapísimo, te quiero muchísimo Midoriya. —Esto primero no la abochornó tanto, era algo más amistoso, aún así, el pecoso agradeció sus palabras.
—No bromees, Hagakure. ¿A quién se le dice eso? Como que estás enamorada de ese viejo mugroso de aquí —apuntó al de ojos verdes.
—¿Disculpa? —Volteó pero pronto la ignoró, aunque si coincidió con lo que dijo su compañera. Se dirigió nuevamente a la chica que estaba un poco enojada por el comentario que había hecho Setsuna. —Podrías enviarle una carta a Ojiro —propuso el de esmeraldas.
La muchacha se sonrojó aún más y negó.
Trataba de distraerse por todos los medios de su celular e ignorar aquel mensaje de Todoroki. Sí. Eso era lo mejor.
—¿Qué te pasa? ¿Quién te hizo ponerte así de rojo? —preguntó Shinsou detrás de él, a lo que el de pecas volteó aumentado su sonrojo nervioso.
Tapó su rostro lleno de nervios y risas, ¿Él rojo? Pff eso no se podía.
—Izuku, ¿Ya acabaste tus deberes? —preguntó su madre, no respondió de inmediato pero sintiéndose culpable de dejarla así, se levantó del sillón y negó. —¿Por qué estás descansando, entonces?
—Me pasaron cosas hoy. No estoy de buen humor.
—Eso no es pretexto, Izuku. Anda, ve a hacer tus tareas. —El pecoso suspiró pero se fue hacia su cuarto, estaría un poco pensando y luego se dormiría.
Cuando tomó su celular unos minutos después, envuelto en las calientitas cobijas de su cama, mordió su labio inferior repasando y analizando lo que le había sucedido esos últimos días. Era algo suyo, analizar todo.
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Mediador de cartas [Tododeku]
FanfictionMidoriya Izuku no cree que dos jóvenes se puedan enamorar. ¡Simplemente imposible! Primero hay que amarse a sí mismos y es claro que no todos cumplen esa característica. No es que sea envidioso, simplemente es realista. Con la generación que le tocó...